El derecho a la ciudad tiene una etapa histórica con la 4T, dice
l derecho a la ciudad ha sido un proceso continuo en los movimientos sociales desde el último tercio del siglo pasado, como el estudiantil popular de 1968, hasta la segunda década de la presente centuria. Cada expresión social en las vías pública y privada es un reclamo por ese derecho.
Los momentos incipientes difíciles del derecho a la ciudad se presentaron en las tres grandes transformaciones que hubo en el país con la Independencia, la Reforma y la Revolución mexicana.
Esta última transformación por conquistar esa prerrogativa fue socialmente, después de la contienda armada durante la primera mitad del siglo XX, como lo fue en educación, salud, laboral, reparto agrario, entre otros derechos que estuvieron socavados años después en el periodo neoliberal con las reformas privatizadoras en las últimas tres décadas.
Quedó demostrado como un reclamo por el derecho a la ciudad, la mancha gris de la autoconstrucción de la vivienda en las periferias y cinturones de miseria en las grandes y medianas ciudades del país, aunado a las vastas manifestaciones populares; luego surgió la perspectiva del proceso de la Cuarta Transformación (4T).
El derecho a la ciudad en la etapa histórica de la 4T presta atención al problema de la vivienda, al equipamiento y servicios urbanos, además de las políticas del empleo, múltiples becas a estudiantes y apoyos adultos mayores, demandas ineludibles por cumplir.
Rubén Cantú Chapa
Critica fatalismo de Carlos de María
Como siempre la derecha manifiesta su fatalismo y sus amenazas. Es triste ver como estas personas anteponen sus intereses y los de su grupo a los beneficios del país. Lo anterior respecto de lo dicho por Carlos de María, vicepresidente de la Academia Mexicana de Derecho Energético, de que habría paro económico, pérdida de empleos y apagones de avalarse la reforma eléctrica propuesta por el Presidente. Le recuerdo a este señor que su posición daña a México, y eso es traición a la patria.
Héctor Heredia G.
Solicitan inspeccionar demolición de casas en Coyoacán
Somos un grupo de colonos quienes con urgencia solicitamos que se revise la demolición de 10 casas que se realiza sobre la lateral de Calzada de Tlalpan, desde los números 2899 hasta 2873, entre las calles de Cáliz y Corola, colonia El Reloj, alcaldía Coyoacán en la Ciudad de México.
La constructora que lleva a cabo la demolición al parecer tiene la razón social de Óptima SA Vivienda y Construcción, y no tenemos la certeza de que cuenten con el permiso correspondiente. Pretenden construir edificios de departamentos de siete pisos de altura y esta situación ya nos está afectando gravemente.
Existen 15 casas habitadas alrededor de esta demolición que reciben todo el polvo y materiales contaminantes en plena contingencia sanitaria; las casas se cimbran demasiado con el movimiento que realizan las máquinas y corren el riesgo de ser gravemente dañadas.
Nos preocupa que la colonia se vea afectada en los servicios de agua, luz, vialidad, seguridad por el número elevado de personas que llegarán a estos condominios, dado que la colonia es pequeña.
La mayoría somos personas de la tercera edad preocupados porque se dañe nuestro único patrimonio y los colonos más afectados solicitamos que se haga una revisión del estado actual de nuestras casas respecto de antes de la demolición. Tenemos el temor y la incertidumbre de que la constructora no se haga responsable en caso de que salgan dañadas nuestras propiedades.
Solicitamos amablemente la publicación de nuestro escrito y la intervención de las autoridades correspondientes y de ser posible el apoyo de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Judith Navarro Macías, Octavio Mendoza Alfaro, Claudia Mendoza Alfaro, Angélica Brito Cisneros, Jovita Martínez Majín, José Antonio Montiel Ramírez, Uriel Adrián Montiel Martínez, y varias firmas más
Llama a no desalentar uso de la bicicleta
Los que transitamos por la avenida Insurgentes de la Ciudad de México hemos visto con sorpresa cómo se está reduciendo el número de carriles en ambos sentidos para disponer de una ciclovía exclusiva.
Antaño, de los cuatro carriles originales por sentido, se ocupó uno para el Metrobús (decisión plausible); de los tres restantes ahora se han dejado sólo dos, lo que significa una reducción drástica en una de las principales arterias de la ciudad y, quizá, la más emblemática.
Esto sería una buena medida si fuéramos una ciudad como Ámsterdam, con 800 mil habitantes, con una larga tradición en el uso de la bicicleta y donde los recorridos son cortos.
Sin embargo, nuestra ciudad tiene nueve millones de habitantes que, sumados a los municipios conurbados de la zona metropolitana, alcanza la cifra de 22 millones, y donde los recorridos son excesivamente largos, lo que desalienta el uso de la bicicleta. El resultado: ciclovía desierta, congestión permanente e incremento de la contaminación ambiental.
Si bien es conveniente impulsar el uso de la bicicleta, las acciones debieran realizarse acordes con la demanda real y de preferencia utilizando las vías secundarias con menor tránsito, muchas de ellas de cuatro carriles, dos de los cuales se desaprovechan al utilizarse como estacionamiento.
Isaías Espinosa