Jueves 14 de abril de 2022, p. 24
Bogotá. Pobladores, organizaciones de derechos humanos, medios, ejército y gobierno de Colombia difieren en sus versiones sobre una operación militar en la frontera con Perú y Ecuador donde, según denuncias, murieron civiles que fueron presentados como guerrilleros caídos en combate.
A la espera de la investigación que adelanta la fiscalía, se acumulan los interrogantes sobre esta incursión militar en el sureño municipio de Puerto Leguízamo que dejó 11 muertos y cuatro heridos el 28 de marzo.
Según la estatal Defensoría del Pueblo y autoridades indígenas, entre los fallecidos podría haber al menos cuatro civiles: un menor de edad, un gobernador del pueblo originario kichwa, un líder comunitario y su esposa embarazada.
Para el gobierno del presidente Iván Duque los fallecidos eran rebeldes disidentes de la ex guerilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o colaboradores de esta organización que cayeron en una acción legítima
.
La Organización de Derechos Humanos se solidarizó con los familiares de las víctimas y pidió una investigación, lo mismo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que también pidió evitar la estigmatización de las víctimas
.
La mañana de ese lunes, los soldados entraron al caserío donde se celebraba una feria que había comenzado el sábado y a la que asistieron cientos de personas. Lo que pasó después es confuso.
El general Juan Carlos Correa, comandante del operativo, defendió la acción. Dijo que los muertos y heridos que dejaron más de dos horas de combate intenso
son presuntos miembros de esta estructura criminal o participaron de manera activa en una acción hostil
en la que un soldado recibió un disparo.
La operación removió las heridas de los falsos positivos
, como se conoce al mayor escándalo de las fuerzas militares de Colombia en el que unos 6 mil 400 civiles fueron asesinados y presentados como guerrilleros abatidos entre 2002 y 2008.
Una alianza de medios de comunicación viajó al caserío a orillas del río Putumayo para recoger testimonios. Según Cambio, El Espectador y Vorágine, el último día de la feria hombres vestidos de negro y sin insignias
, que se identificaron como guerrilleros, entraron al pueblo.
A las siete de la mañana, hora en que coinciden los borrachos amanecidos y los niños recién despiertos, sonaron los primeros disparos de fusil
, describió Cambio.
Aunque en un principio Correa aseguró que en la zona no había ninguna actividad (social), ni bazar
, esta semana reconoció la existencia de un bazar cocalero
, pero aseguró que, al comenzar la ofensiva, no había población civil
.
La acción militar dejó cuatro civiles heridos, ninguna captura y el decomiso de seis armas de fuego.
El portal Cambio denunció que soldados manipularon
los cadáveres, los movieron de los lugares donde cayeron y les pusieron armas de fuego y prendas militares
, versión que el ejército niega.