Terminan 28 años de carrera
donde me paré, tuve medalla
Martes 10 de mayo de 2022, p. a11
Paola Espinosa, la mejor clavadista mexicana de la historia, no saltará más de un trampolín o una plataforma. Después de 28 años de carrera anunció su retiro de manera oficial y lo hace con el orgullo de triunfar, en un podio o con un objetivo trazado en cada competencia en la que participó. Una historia que, como pasa sin cesar en México, escribió ella sola.
Deja atrás una estela de conquistas y marcas únicas en el clavadismo mexicano. A los 35 años y en retrospectiva, hace un recuento apresurado, pero suficiente para comprender el tamaño de su aventura: cuatro participaciones olímpicas, con dos medallas (Pekín 2088 y Londres 2012), cuatro preseas mundiales, 15 en Juegos Panamericanos y nueve en Centroamericanos.
Cuenta que de niña, en algún momento abrió un cuaderno y al mirar las hojas blancas decidió escribir su propia historia. El relato lo construyó en el deporte de alto rendimiento y desde las alturas, en trampolín o plataforma, como una de las mejores representantes del deporte en México.
Mi sueño era muy grande, pero una vez que lo alcancé me sentí totalmente satisfecha
, relata Paola; el camino no fue fácil. Separarme de mi familia fue muy duro, pero mi única meta era llegar a unos Juegos Olímpicos y ser medallista. Agradezco que mi sueño se ha-ya realizado
.
Enfatiza que ese recorrido exitoso no estuvo ajeno a obstáculos, y que al revisar lo que consiguió tras sobreponerse se siente aún más satisfecha con el esfuerzo invertido.
Hubo muchas altas y bajas
, comparte; pero también mucha felicidad, momentos increíbles dentro de la alberca. Una trayectoria donde en cualquier competencia que yo me paré tuve una medalla, logré algún objetivo, eso me hace sentir muy bien. Desde Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos. Estoy orgullosa del camino que recorrí, de esa historia que yo sola escribí
.
Mi sueño era muy grande. Agradezco que se haya realizado, expresó la mejor clavadista en la historia de México en su despedida de los trampolines y las plataformas.Foto cortesías AtletasMx
A pesar de la despedida, Paola no parecía afectada por la nostalgia. Lo suyo era un acto de cierre en paz, donde no quiso dejar de mencionar a sus entrenadores. Sobre todo a la primera que creyó en su talento, la cubana Regina Lowry, y a Iván Bautista, quien guio a Espinosa durante la etapa de retorno a las com-petencias después de ser madre.
Iván me regresó las ganas de subir a un trampolín
, recuerda; me devolvió la fe y entrené como nunca; me hizo sentir capaz y fuerte; ya era mamá y me ayudó con un plan de entrenamiento especial para volver a las competencias. Sin sus enseñanzas, sus consejos técnicos y la seguridad que me dio, no lo habría logrado.
Paola reflexionó sobre la huella profunda e interesante
que dejó en el deporte mexicano. Un legado que ahora utiliza como modelo para motivar a mujeres, jóvenes y niños, para mostrar que se de-be aspirar a otras vivencias sin autolimitaciones.
Sin sentimentalismos gratuitos y consciente de su papel como atleta, asumió que toda historia tiene un principio y un desenlace. El de ella, dijo, es un final feliz.
Hice lo que quise y donde me paré, tuve una medalla
, concluye.