Lunes 16 de mayo de 2022, p. 21
Tokio. La isla japonesa de Okinawa conmemoró ayer 50 años del final del mandato estadunidense, en un momento de creciente descontento por la continua presencia de tropas de Washington y el miedo por crecientes tensiones regionales.
Okinawa pidió al gobierno central hacer más para reducir la presencia militar estadunidense en las islas del sur de Japón.
Denny Tamaki, gobernador de Okinawa, declaró que la región ha avanzado mucho tras la Segunda Guerra Mundial y las siguientes tres décadas de administración estadunidense, que concluyó el 15 de mayo de 1972, pero los pedidos del archipiélago de que el gobierno central haga más para garantizarle su seguridad, hasta ahora no han sido escuchados.
Hago un llamado al gobierno central a que comparta con el resto de la nación el significado de la devolución de Okinawa y la importancia de la paz permanente que tanto han anhelado los pobladores
, indicó Tamaki.
Las ceremonias por el aniversario se celebraron en Giowan, donde está una disputada base aérea estadunidense, y en Tokio. Ambas reflejaron la profunda división en el país en cuanto a la percepción de la historia de Okinawa.
El premier Fumio Kishida aseveró que se toma en serio las inquietudes de Okinawa y prometió aliviar la carga, pero manteniendo la capacidad de disuasión estadunidense en las islas.
La molestia de larga data en la isla por la presencia de las tropas, que recientemente fue atizada por la amenaza de una confrontación con China, sigue presente.
No estoy de humor para celebrar nada
, declaró a la agencia Afp, en vísperas del aniversario, el activista originario de la isla, Jinshiro Motoyama, quien se instaló fuera de un edificio del gobierno en Tokio para llevar a cabo una huelga de hambre de una semana en protesta.
Como muchas personas en la isla, Motoyama siente que esta región recibe una carga injusta al albergar a la mayoría de los 55 mil efectivos estadunidenses desplegados en Japón.
La presencia de las tropas ha producido varios incidentes, desde choques hasta ruidos molestos, pero también crímenes que han involucrado a efectivos extranjeros, como la violación en grupo de una colegiala japonesa en 1995.
La presencia militar de Estados Unidos representa cerca de 5 por ciento de los ingresos anuales de Okinawa, pero ésta sigue siendo una de las prefecturas más pobres de Japón, con un índice de pobreza infantil de 30 por ciento, más del doble del promedio nacional.
En los últimos meses, las autoridades japonesas han expresado su preocupación por la creciente actividad de China en los mares, incluyendo ejercicios de despegue desde un portavión.
Esto hace que Okinawa sea cada vez más una posición estratégica para Estados Unidos y Japón, lo que atiza el temor de la población local.