La desaceleración económica se extenderá hasta la recta final del 2022, reveló el Sistema de Indicadores Compuestos: coincidente y adelantado, que calcula el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La entidad, que preside Graciela Márquez, precisó que el indicador adelantado, el cual sugiere el comportamiento de la economía mexicana en el corto plazo, registró una caída de 0.23 puntos en mayo respecto de abril, con lo que hiló 10 meses consecutivos a la baja.

El medidor se situó por arriba de su tendencia de largo plazo al registrar un valor de 100.3 puntos; no obstante, aceleró su caída desde febrero pasado.

Como consecuencia de la tendencia negativa en la generación de empleo en las manufacturas, del Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, del tipo de cambio real y del Índice S&P 500 de Estados Unidos, el instrumento mostró su retroceso.

El indicador coincidente, que refleja el comportamiento de la economía en curso, mostró un avance de 0.27 puntos en abril, en relación con el mes previo, en donde cinco de sus seis componentes que lo integran avanzaron, excepto la tasa de desocupación urbana.

Así, los indicadores cíclicos económicos detallaron que la economía mexicana no apretará el paso y deberá seguir creciendo a un ritmo lento en los próximos seis meses.

La desaceleración económica de Estados Unidos tenderá a pasar factura a la economía mexicana, vía menores exportaciones, toda vez que el incremento de las tasas de fondeo tanto en aquella nación como en México aminorarán el desarrollo de la economía.

De acuerdo con Alejandro Saldaña, subdirector de análisis económico de Ve por Más, la economía de México podría crecer 2.0 por ciento este año, pero reconoce que predominan los riesgos a la baja, en gran medida, por la reciente evolución de la inflación y la expectativa de un endurecimiento monetario más agresivo, en México y el mundo.

Los confinamientos en China y el efecto de la guerra en Ucrania mantendrán algunas restricciones en la producción industrial, además de encarecer los costos de los insumos, provocando que la inflación tarde más en ceder y los bancos centrales suban las tasas de interés con más agresividad.

La erosión del poder adquisitivo y las restricciones monetaria y financiera, en México y el mundo, debilitan la perspectiva para el consumo, las inversiones y las exportaciones.