Exigen sacar a la minería de Oaxaca
Empatía: en los zapatos del Otro
Huelgas mineras, 15 años // Tres gobiernos, cero solución // T-MEC: no tienen la razón
l presidente Andrés Manuel López Obrador firmó ayer un decreto en el que se establece el plan de acción inmediata para atender la emergencia por el desabasto de agua potable en el estado de Nuevo León. Al considerar –con base en varios artículos de la Ley de Aguas Nacionales– la provisión del líquido como asunto de utilidad e interés públicos y de seguridad nacional, la disposición publicada por la tarde en el Diario Oficial de la Federación instruye modificar o reducir de manera provisional los volúmenes concesionados para fines distintos a los anteriores, es decir, a la industria y la agricultura. Además de establecer los mecanismos para que el agua llegue a la población, el decreto marca el despliegue de acciones concertadas entre las autoridades federales y estatales para un plan de apoyo mediante carrotanques, construcción de infraestructura hidráulica y perforación de pozos, entre otras.
Voluntad, dignidad y soberanía de la patria no son negociables, opina
a disposición del segundo presidente mejor calificado en el mundo, Andrés Manuel López Obrador, de no negociar con los valores fundamentales de la patria, queda demostrada con la respuesta al intento de algunos actores del país vecino de sabotear el T-MEC.
abiendo muerto su dictador Francisco Franco, aunque no el franquismo, el gobierno de España empezó a desarrollar una campaña para tener mejor presencia internacional, especialmente en América, a cuyos mercados les había echado el ojo.
os viejos partidos que sostuvieron el régimen de la transición democrática
convivían en el centro. A inicios de la década de los 90 del siglo pasado se decía que izquierda
y derecha
eran términos que ya no funcionaban porque se habían terminado las ideologías. Así, la propuesta fue dividir la geometría entre modernizadores y globalifóbicos
, como los llamó Ernesto Zedillo. Para la izquierda electoral, se planteó un solo camino: resignarse a los ineludibles mercados, el de mercancías y el de votos, y a la nueva ciencia
del neoliberalismo. La izquierda europea, por ejemplo, acabó por no poderse distinguir de la derecha y la derecha triunfante, propuso una sociedad
sin políticos que fuera generando instituciones que, sin ser del Estado, dependían de los contribuyentes. La naturalización de la técnica como una respuesta no-ideológica a los problemas fue una manera de despolitizar la política y desdemocratizar la democracia, ya que la ciencia no tiene por qué darle explicaciones a nadie. El centro se alimentaba de la idea de que el neoliberalismo no era una ideología, sino un conjunto de herramientas de gestión de las decisiones. Por eso, no creían en proyectos de nación –lo moderno era ser global–, sino en votar por asuntos
: un gran centro donde se podía saltar de un extremo a otro. En Europa y en Estados Unidos, el asunto
se convirtió en la inmigración a través de los ojos del desempleo, y se fortaleció el fascismo ahora con temas ecologistas y mujeristas. El centro se fue perdiendo en la revelación anunciada de que el neoliberalismo era una ideología que justificaba la concentración de la riqueza y creó al sujeto de la autoayuda.
n varias regiones del mundo, destacando importantes experiencias en Latinoamérica y África, se han creado comisiones por la verdad con el objetivo de coadyuvar en procesos de justicia, encaminados a la construcción y consolidación de la paz. Se establecen después de hechos atroces, ya sea porque éstos hayan cesado, o en momentos de inflexión histórica para un determinado país o región. Con el paso de los años estas comisiones han ido evolucionando, se adecuan conforme a las necesidades de los diversos contextos en los que se han experimentado hechos atroces de violencia y graves violaciones a los derechos humanos. Muchas han tenido mandatos amplios, que pasan por generar procesos extraordinarios para fortalecer los procesos ordinarios para la verdad y la justicia. Asimismo, quienes han sido personas comisionadas, y todos sus equipos de trabajo, han empeñado su esfuerzo por generar estrategias para prevenir la repetición de tales hechos. También han planteado caminos por recorrer hacia la paz. Algunas de estas comisiones han abordado asuntos complejos, como la amnistía para los perpetradores, buscando también con ello proponer responsablemente vías para la reconciliación. Reconociendo que me quedo corto en espacio para incluirlos a todos, menciono algunos de los ejercicios que vienen a mi mente: la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), en Argentina, que tuvo como presidente al escritor Ernesto Sábato. También pienso en la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica, centrada en esclarecer y enfrentar la segregación racial, apartheid, que presidió el arzobispo Desmond Tutu. Igualmente, las Comisiones de Guatemala, Perú, Chile, Ruanda, y tantas otras que han sido instrumentos nacidos desde el seno de la búsqueda de la paz con justicia y dignidad. Hoy todos estos trabajos alimentan otros ejercicios, como es el caso de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición en Colombia (en adelante Comisión de la Verdad en Colombia). Esta comisión presentó recientemente su informe ante todas las víctimas y grupos que fueron implicados en ese ejercicio y frente al nuevo gobierno electo, encabezado por Gustavo Petro. El resultado de sus trabajos, por más de tres años y siete meses, no se convierte en un punto de llegada, sino en un punto de partida, para consolidar la paz en aquel país hermano. A decir de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Comisión de la Verdad se erigió como un mecanismo facilitador de la verdad histórica para la sociedad colombiana, fomentando la reconciliación nacional. Es también relevante la incorporación de enfoques diferenciales y multidisciplinares en el esclarecimiento de los factores estructurales y los impactos múltiples del conflicto armado sobre las víctimas y la sociedad colombiana como un todo.
stamos a las puertas de agosto, el calor aprieta en Europa y arde medio hemisferio norte, pero en los despachos de Bruselas sólo hay ojos para el invierno. Europa, que depende del gas para mantener a flote la industria y calentar hogares, teme el frío. Los números son los que son: en 2021 los europeos consumieron 604 bcm de gas y produjeron 223 bcm; la dependencia es descomunal.
n Delirio Americano, Carlos Granes cuenta, de manera lúcida y exhaustiva, la larga aventura de invención y reinvención de América Latina, tal como he escrito en Política & Prosa. Y, entre tantas cosas, llegamos a saber que los filósofos han estado casi ausentes a la hora de dilucidar las propuestas de nuevos modelos políticos y sociales. Son los escritores quienes han cumplido ese papel, convertidos en ideólogos.
a primera brigada médica internacional cubana llegó a Chile en 1960 para asistir en la devastación que dejó un terremoto en Valdivia. No eran tiempos fáciles para la isla. Con el triunfo de la revolución apenas un año antes, la mitad de los médicos cubanos había partido a Miami. Tres años después enviaron otra brigada a Argelia, que apenas había conquistado su independencia. La sanguinaria reacción francesa a la lucha independentista había devastado a la joven nación cuyos médicos partieron a Francia.
ersiste la ola de incremento de precios de los alimentos, aumentando las hambrunas. Aunque mediáticamente se insiste en el efecto de la guerra en Ucrania, esto es apenas una parte menor del problema. Ciertamente, los dos años pasados en pandemia son un factor de peso. No obstante, ninguno de éstos son la causa principal de la crisis alimentaria. El factor fundamental es que la cadena agroindustrial de alimentos –que provee gran parte de lo que se vende en supermercados y ventas al menudeo– está fuertemente dominada por unas cuantas trasnacionales, cuyo interés es la ganancia, no la alimentación.