Madrid. El papa Francisco dijo ayer que lo único razonable en la guerra de Ucrania sería detenerse y negociar, en virtud del daño que cada día de guerra supone para esa población, pero también para el mundo entero.

Tras el rezo mariano del Ángelus ayer, en el que informó de su viaje a Canadá la semana pasada, dijo que no ha dejado de rezar por el pueblo del país eslavo, atacado y atormentado, pidiendo a Dios que lo libre del flagelo de la guerra.

Afirmó que la codicia es una enfermedad que destruye a las personas y señaló que el ansia de recursos y riquezas está casi siempre implicada en las guerras y los conflictos, uno de ellos, el comercio de armas.

Así, ha señalado que la codicia convierte en esclavos y servidores del dinero a quienes persiguen enriquecerse siempre más.

El Papa regresó el pasado sábado a Roma tras su viaje apostólico a Canadá, del cual dará más detalles el próximo miércoles en la audiencia general.