Especialistas coinciden en que cada vez más personas deciden denunciar y que en el confinamiento se elevó la violencia contra las mujeres
Domingo 14 de agosto de 2022, p. 6
El delito de violación sexual, que tiene importantes repercusiones para las víctimas –como depresión y suicidio–, sus familias y la comunidad, sigue en aumento en el país. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el primer semestre de 2022 sumaron 11 mil 904 casos denunciados, 13.6 por ciento más que en el mismo periodo de 2021.
Laura Martínez Rodríguez, directora de Adivac, asociación para el desarrollo integral de personas violadas, y Ana Celia Chapa Romero, investigadora de la Facultad de Sicología de la UNAM, coincidieron en que el aumento de este flagelo tiene que ver con que cada vez más personas se atreven a denunciar y con la pandemia de covid-19 y el confinamiento.
De acuerdo con los datos del SESNSP (cuya fuente son las carpetas de investigación abiertas en las fiscalías y procuradurías estatales), mientras en 2015 se reportaron 12 mil 619 violaciones, incluida la simple y equiparada –esta última contra menores de edad–, 2021 cerró con 21 mil 189.
Edomex, en primer lugar
En 2022, el estado de México ha tenido más casos, con mil 864, y lo siguen la Ciudad de México, con mil 312; Nuevo León, 812; Chihuahua, 776, e Hidalgo, 520.
Martínez aclaró que el hecho de que más mujeres denuncien (debido a que se ha difundido la importancia de hacerlo) no significa que los impartidores de justicia les ofrezcan atención adecuada, pues la mayoría de ellas son revictimizadas
y muchos casos se quedan en la impunidad
.
Chapa explicó que durante la pandemia de por sí ha habido incremento de la violencia contra las mujeres. Agregó que se ha investigado que situaciones como la pérdida del trabajo –una de las acciones con las que se construye la masculinidad, como la de proveer–, encontrar menos fuentes de satisfacción y más de frustración y el estrés aumentan la violencia, entre ellas la sexual.
Otro elemento, explicó, es pasar más tiempo en los hogares y en convivencia con posibles agresores, la mayoría de ellos hombres.
Martínez mencionó que la violación genera en las víctimas trauma y perturbación del estado emocional. Se pueden desarrollar diversos mecanismos de defensa, depresión, manías y rasgos paranoides, entre otros, lo que afecta actividades como el trabajo y la escuela. En lo comunitario, este delito daña el tejido social, señaló Chapa.
Martínez recomendó que luego de una violación se acuda en primer lugar a revisión médica en un hospital para recibir profilaxis, fármacos contra infecciones de transmisión sexual y pastillas de anticoncepción de emergencia. Asimismo, es necesario que la víctima tenga acompañamiento sicológico y, si así lo desea, denunciar.