Giuliani, su asesor, bajo investigación criminal
Juez rechaza solicitud del senador republicano Lindsey Graham para evitar presentarse a declarar sobre la interferencia electoral en Georgia
Martes 16 de agosto de 2022, p. 25
Nueva York., La ruleta política en torno a Donald Trump y sus aliados por posibles violaciones de leyes de seguridad nacional, obstrucción a la justicia, manipulación electoral y más, continuó con todos apostando sobre si el ex presidente finalmente tendrá que rendir cuentas ante la justicia o, si una vez más, saldrá ileso y listo para intentar reconquistar la Casa Blanca en 2024.
Trump exigió, sin base legal, que sus papeles
confiscados por la FBI en un cateo sin precedente a la residencia de un ex presidente le sean devueltos de inmediato
. Al continuar con su narrativa de que es víctima de una incesante persecución política por un gobierno en manos de la izquierda radical demócrata
, reiteró: este es un asalto contra un opositor político (o sea, él) a un nivel nunca visto antes en nuestro país. ¡Tercer mundo!
Al insistir en que no cometió ningún delito, Trump ha intensificado su contrataque afirmando que el cateo y las acusaciones son parte de la incesante cacería de brujas en su contra, y hasta sugirió que la FBI podría haber sembrado evidencia en su casa durante el operativo.
Al nutrir esta versión entre sus bases generando una multiplicación de amenazas de violencia por ultraderechistas que siguen hablando incluso de guerra civil
, ayer Trump se atrevió a ofrecerse como un pacificador.
Este país está en una posición muy peligrosa. Hay una ira tremenda, una que nunca he visto antes
por esta cacería de brujas, declaró a Fox News, y añadió que hará lo que pueda para ayudar al país
y bajar la temperatura
. Agregó que sus representantes habían contactado al Departamento de Justicia para preguntar si él podría ofrecer ayuda de algún tipo ante la ira de sus seguidores.
El Departamento de Seguridad Interna y la FBI han alertado sobre un incremento de amenazas de violencia contra agentes e instalaciones federales en los últimos días. La semana pasada, un hombre armado intentó ingresar a las oficinas de la FBI en Cincinnati.
Sin embargo, es notable que desde el viernes pasado, cuando la orden de cateo y una lista general de los materiales confiscados por la FBI en el cateo de la residencia de Trump en Florida fueron hechos públicos revelando que el ex mandatario está bajo investigación por posible violacion de la Ley de Espionaje y otras normas, y que varios de los documentos recuperados estaban marcados como ultrasecretos y otros de alta clasificación, se ha fragmentado el apoyo pleno del que gozaba entre la cúpula republicana.
En un caso separado, Rudolph Giuiliani, abogado personal y asesor de Trump, fue notificado oficialmente de que está bajo investigación criminal por el fiscal distrital de Atlanta, Fani Willis, en torno a sus esfuerzos por revertir los resultados de la elección presidencial en el estado de Georgia. Ésta es sólo una de múltiples investigaciones a Giuliani por sus esfuerzos para manipular los resultados de la elección. Su licencia como abogado en Nueva York fue suspendida por un juez el año pasado por sus actividades y declaraciones falsas en Georgia, entre otros lugares.
En esa misma investigación estatal, un juez federal rechazó la solicitud del senador republicano Lindsey Graham, quien se ha vuelto en uno de los aliados más leales de Trump, para evitar ser obligado a declarar ante un gran jurado especial sobre la interferencia electoral en Georgia. Los fiscales desean interrogarlo por sus intentos con otros involucrados, como Giuliani, de revertir los resultados en ese estado clave, incluyendo dos llamadas telefónicas que hizo al secretario de Estado de Georgia para preguntar si había manera de invalidar algunas boletas enviadas por correo.
Revelan plan para revertir la derrota electoral de 2020
El Washington Post reportó que un equipo de expertos en computación fueron dirigidos por abogados que trabajan para Trump con la finalidad de recaudar y copiar datos delicados de sistemas electorales en Georgia, como parte de un esfuerzo secreto multiestatal para acceder a máquinas de votación, mucho más ambicioso, y exitoso, que los revelados hasta ahora, todo como parte de la estrategia para revertir la derrota de Trump en los comicios de 2020.
Trump, según expertos legales, podría verse acusado directamente por las maniobras de sus aliados y representantes en Georgia.
Se está apretando cada vez más la soga legal alrededor del cuello del ex presidente, pero se ha escapado tantas veces de tener que enfrentar las consecuencias de sus acciones ilegales que pocos están dispuestos a apostar mucho a que esta vez será diferente.
La ruleta sigue girando.