Obligatoria, gratuita y laica
scaparé por un momento de la tragedia educativa
, causada por la pandemia y el desinterés del gobierno en la niñez, para bien mirar bien la utopía, que sería realidad si se cumpliera cabalmente el artículo tercero de nuestra Carta Magna. Obligatoriedad. Es deber del Estado identificar los puntos geográficos en que se encuentran los niños; tiene, además, la obligación de construir tantas escuelas como sea necesario para que todos tengan fácil acceso a una. Más aún, debe supervisar y comprobar que absolutamente todos estén inscritos y asistan regularmente a clases.
Gratuidad. Además de impedir cualquier cobro a los alumnos, el Estado deberá cubrir gastos que hacen real la gratuidad (uniformes, cuadernos, libros y otros materiales) y evitar entregar dinero efectivo a las familias, para anular prácticas clientelares y asegurar que los recursos lleguen realmente a los niños a través de los materiales mencionados. Para asistir a la escuela en condiciones de aprender, se requiere estar bien alimentado: el Estado ofrecerá desayuno, comida y merienda, garantizando su nutrición y cuidado; así, el horario escolar será de entre 8 y 9 horas para que los padres puedan trabajar sin el peligro de que los hijos queden solos, en la calle y en casa.
Laicidad. Es el principio de autonomía del Estado, sus instituciones, leyes y políticas públicas respecto de las autoridades, instituciones, y creencias dogmáticas de todo tipo: creencias o fundamentos de una religión, doctrina o sistema de pensamiento. Es decir, no se permitirán ni catecismos ni textos ideologizados que sirvan para manipular el pensamiento infantil respecto de ninguna religión o ideología política.
Calidad educativa. Dice el artículo tercero: la educación será universal e inclusiva
. Los contenidos académicos y los libros han de ser sólo herramientas para inculcar en los niños la costumbre de pensar; para instalar en sus almas la alegría del pensar. Cerebro-mente-conciencia: pensamiento, palabra, concepto. Comprensión, idea, invención: la curiosidad, el asombro, las preguntas y la búsqueda de respuestas han de ser los principales recursos del aprendizaje. Educar para el pensamiento libre, universal, diverso y original.