AMLO y la CDMX, mensaje con señal
l presidente López Obrador decidió ayer no despejar la duda o señalar a quienes podrían competir desde su partido por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
El decir del Presidente parecía un desdén al proceso que, bajo la mesa, tiene un buen tiempo echado a andar, y en el que se han desbocado algunos personajes, mientras otros han guardado la discreción a la que parece obligar el tiempo.
Una incógnita se lanzó y quedo asentada en lo dicho en la mañanera. Eso de que no habrá señal desde el Zócalo para ninguno de los supuestos parecía un rásquense con sus propias uñas, sí, pero también invita a hacer creer a quien así lo disponga que se ha dado el banderazo de salida.
Porque eso de que el que quiera que se apunte invita a pensar que en Morena existen los militantes conscientes de su lugar, su desempeño y sus posibilidades en una contienda como la que seguramente se dará en la Ciudad de México.
Es cierto, si en algún momento hubo quien pretendiera que la del 24 sería la elección de los azules en esta ciudad, después de las redes de corrupción descubiertas por la Fiscalía General y difundidas por La Jornada, principalmente, el panismo se ve débil, disminuido y sin muchas posibilidades de rehacerse en el tiempo que falta para iniciar formalmente el proceso.
Por eso, parecería fácil el camino de Morena, pero ¡cuidado!, como ya lo hemos dicho, una mala decisión al nombrar al candidato haría crecer a cualquiera que sea el designado por la alianza de la derecha y el peligro, para la izquierda, de que ganaran los azules podría convertirse en realidad.
Y en el ¿quién es quién?, método de encuesta que tanto gusta en el Zócalo, la realidad puede distorsionarse en manos de militantes que ya han demostrado que sólo pueden llegar a partir de peripecias electorales, por lo que en Morena se deben construir las medidas eficaces que impidan el actuar de los tramposos.
Es muy probable que Sebastián Ramírez, el actual dirigente de Morena en esta ciudad, ya sepa, a consciencia, cómo está la situación entre la militancia, y que no es clara la fórmula que se debe usar para mantener a Morena en la punta de gobierno de la capital del país.
Así pues, lo que debe quedar como advertencia es que si no hay señal desde el Zócalo, no debe haber trampa en la encuesta, aunque las ambiciones locuaces desborden el sentido común de quienes suponen que conocer alguna parte grandota de la ciudad, no es conocer la capital de México.
Y la otra es que desde ya hay lupa sobre cada uno de los posibles, y se medirán las ambiciones y las condiciones de servicio público de quienes buscarán un lugar en la encuesta. No se crean, la lista no es grande.
De todas formas, si la pregunta llegó al Zócalo es que la maquinaria está caminando, y que aunque el tono pueda parecer de indiferencia, a nadie se le debe olvidar que la transformación empezó en la CDMX.
De pasadita
¿Por qué no debe cambiar la ley de prisión oficiosa? La discusión, que continuará hoy en la Suprema Corte de Justicia, sobre la prisión preventiva oficiosa, y que muy probablemente se quede cómo está, hasta ahora tiene razones de peso para su permanencia.
La ministra Yasmín Esquivel establece con el profesionalismo de siempre que el sistema es perfectible y que debe revisarse, porque no ha dado los resultados esperados
, pero asegura que eliminarla no es la solución al problema de inseguridad del país, y propone que se haga un listado de los delitos que deberían acarrear esa medida, por parte del Constituyente Permanente.
Hemos encontrado en esa postura la idea clave de lo que tendría que hacerse con ese precepto, ojalá lo lea la oposición y, desde luego, lo ministros de la suprema. Ojalá.