Viernes 14 de octubre de 2022, p. 23
A pesar del descenso en el costo de la energía, que se registró por tercer mes consecutivo, el Índice de Precios al Consumidor de Estados Unidos bajó en septiembre, pero siguió por encima de los esperado por el consenso del mercado.
La inflación de Estados Unidos se situó a tasa interanual en 8.2 por ciento, una décima menos que en agosto, según los datos publicados este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).
El consenso del mercado esperaba una tasa de 8.1 por ciento; en agosto la inflación se ubicó en 8.3.
En su medición interanual destacó el elevado crecimiento de los subíndices de precios de vehículos nuevos, 9.4, y usados de 7.2 por ciento, a pesar de las recientes caídas en los precios de estos últimos.
La inflación estadunidense creció 0.4 por ciento en septiembre respecto de agosto, cuando aumentó 0.1 por ciento mensual y fue mayor a la prevista de 0.2 por ciento.
Los precios de los alimentos crecieron 0.8 por ciento a tasa mensual; los precios de energía cayeron 2.1 por ciento en septiembre, destacando la contracción de 4.9 por ciento mensual en el precio de la gasolina.
La inflación subyacente anual, que excluye de su medición los productos de alta volatilidad de precios como son energéticos y agropecuarios, se aceleró de 6.3 a 6.6 por ciento y cada vez se aleja más del objetivo de 2 por ciento de la Reserva Federal (Fed). Las presiones más fuertes provienen de los componentes de vivienda y transportación.
Mientras, el componente subyacente creció 0.6 por ciento mensual, presionado por los precios de vivienda, 0.7 por ciento mensual y transportación, 1.9 por ciento en septiembre.
En la parte no subyacente, con todo y el descenso que ha mostrado el precio del petróleo desde junio, el costo de las gasolinas se ubicó en 18.2 por ciento por encima del precio registrado en septiembre de 2021.
“Los riesgos de la inflación se mantienen sesgados al alza y no sólo por las distorsiones que genera la guerra en Ucrania en los precios de alimentos y energía. Se reporta el inicio de una nueva ola de covid-19 en Europa y, de confirmarse también en Asia (sobre todo en China), el resurgimiento de casos podría afectar nuevamente a las cadenas de suministros por las estrictas políticas de contención del virus que prevalecen en la región.
Asimismo, surgen nuevos riesgos por las tensiones entre Estados Unidos y China en torno al comercio de semiconductores y acciones por parte de los países de la OPEP para reducir la producción de barriles de crudo
, explicó Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex.