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La FIL de Guadalajara es un universo de diversidad donde sólo reina el lector

La edición 36 de la feria mostró un viraje positivo a la crisis que afrontó la industria en los dos años pasados

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▲ El pabellón del emirato árabe Sharjah, de alrededor de mil metros cuadrados y entre cálidos aromas, da la bienvenida a los visitantes con una muestra de su caligrafía, música y baile.Foto Arturo Campos Cedillo
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 4 de diciembre de 2022, p. 7

Guadalajara, Jal., El optimismo y la algarabía flotan en los pasillos de la edición 36 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, sobre todo la noche del viernes, en la que se realizó la tradicional venta nocturna. Miles de lectores, ávidos de ejemplares a buen precio, abarrotaron la sede del encuentro librero que, sin las restricciones sanitarias de los dos años anteriores debido a la pandemia de covid-19, da una viraje positivo a la crisis que afrontó en 2020 y 2021 la industria editorial.

Qué delicia el olor a papel, a libro nuevo, mezclado con los cálidos aromas de las personas que integran la comitiva del emirato árabe Sharjah. Junto a las mujeres de ese país, que de manera gratuita adornan manos y dedos de las mexicanas con floridos tatuajes de henna, huele a jazmín, sándalo y almizcle.

El pabellón del país invitado, de alrededor de mil metros cuadrados, da la bienvenida a los visitantes con una muestra de su caligrafía, su música y bailes. Es apenas una probadita del arte islámico, con sus artefactos astronómicos antiguos, mapas, ilustraciones de cuentos para niños, así como una oferta de más de 5 mil ejemplares, de unos 35 títulos de autores árabes traducidos al español: novelas, ensayos, cuentos para niños y mucha poesía.

Después, se atraviesa una réplica de la escultura conocida como la Gran rolla (árbol de higuera, que está en una de las plazas principales de Sharjah), para entrar de lleno al disfrute de la feria.

Un recorrido sin prisa tan sólo por las áreas de exposición y venta de libros, para ver y comprar, si alcanza el presupuesto que se traiga en el bolsillo, se hace en unas dos horas, pues hay que detenerse de vez en vez a sacarse la selfi o formarse para la firma de algún autor.

De entrada, la cadena de televisión HBO colocó un cráneo de dragón y un huevo enormes para promover la colección de libros de George R.R. Martin, autor de la saga televisiva Juego de tronos. Luego vienen los enormes módulos de exhibición de los grandes grupos editoriales, como Planeta, Océano, Penguin Random House, Santillana, Fondo de Cultura Económica, Siglo XXI y Larousse; en este último, hay un espacio muy concurrido para que los niños dibujen dinosaurios.

Más adelante, toda la colección de libros de Ásterix y de nuevo un lugar para jugar a ponerse el casco del guerrero galo. Si bien por la tarde llegan familias enteras, sobresale la presencia de jóvenes que se tumban en cualquier rincón para reposar un poco y comentar sus hallazgos: Mira, esta es una novela ilustrada gay; está buenísima, o comerse un helado de cereza en cono artesanal.

Los pasillos de la FIL tienen nombre: Avenida de los Cronistas, que se cruza con la Avenida de los Novelistas. Por esos rumbos aparece, imponente, la fachada de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una bella réplica del mural de Juan O’Gorman, cuyo diseño le valió a Libros UNAM ganar este 2022 el Premio Platino al mejor estand del encuentro literario. Es la cuarta vez que la máxima casa de estudios obtiene ese galardón, que recibió en 2013, 2016 y 2019.

Cita a ciegas con los libros

Por ahí cerquita se arremolinan los chavos en el espacio del proyecto Una cita a ciegas con los libros, que ofrece a 60 pesos cada ejemplar envuelto en papel donde se leen frases como: No te amaré todos los días de tu vida, te amaré todos los días de la mía. El título de la obra lo descubrirá el lector una vez que lo haya adquirido.

Para ese sí me alcanza, dice una joven estudiante de cine que sólo se detiene a hojear el libro de arte de la película Pinocho, de Guillermo del Toro, que se ofrece, como lingotes de oro, a mil 500 pesos cada uno, en el módulo de la Universidad de Guadalajara.

En la Avenida de los Ilustradores, en el Área Internacional, se instaló el jueves el Salón del Cómic + Novela Gráfica con 40 estands. Cada espacio de nueve metros cuadrados tuvo un costo de 10 mil 700 pesos para los expositores que acudieron en 2019, y 12 mil 500 para el resto.

Ahí están dibujantes y editoriales independientes, como Chipo-tle, muy popular con sus relatos de gatos negros, o Roberto Iván González, mejor conocido como el creador de Los románticos pendejos, popular cuenta de Facebook (más de medio millón de seguidores) e Instagram (más de 100 mil) que día a día comparte viñetas con reflexiones juveniles que se han hecho virales.

Unos pasos más adelante, los lectores aprecian una selección de lo mejor de la industria editorial de países como Alemania, Brasil, Francia, Italia, Corea, España, Argentina, Perú y Portugal, junto al espacio de la Organización de Naciones Unidas, la Cruz Roja y algunas universidades europeas.

Otra locura es el espacio FIL Niños, donde carriolas van y vienen, tropezando con muchos cansados papás que corretean a pequeños que ya comienzan a emocionarse por hojear y estrujar los libros.

La FIL, como bien han definido los autores que por las tardes ofrecen charlas, presentan sus obras o simplemente deambulan por aquí y por allá para saludar a su público, como el mismísimo poeta sirio Adonis, es un universo donde prevalece la diversidad, en un ambiente ajeno a las disputas políticas de estos tiempos en Jalisco.

Al menos así se siente en los pasillos, donde los visitantes lo mismo revisan un libro de feminismo, que de brujería, o de consejos para un matrimonio duradero, o de historia, o la novela negra de moda, o un clásico, o un recetario de moles. Hasta el megaestand del Instituto Nacional Electoral jala gente para invitar a participar en dinámicas que promueven las bondades de ese árbitro imparcial.

En este mundo librero conviven Naruto y Drácula, junto a las Oraciones básicas del católico, junto al Principito, junto a las Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe, junto al Diario de Greg, junto a Mircea Cartarescu, junto a Ana Clavel, junto a la Natasha de Luis Pescetti. Así, la FIL de Guadalajara, en su edición 36, sigue siendo ese inconmesurable universo donde el único que reina es el lector.