Con retazos empezó a esculpir sus obras
José Alejandro incursionó en la carpintería tras no instalar una vulcanizadora, y formó con su familia una cooperativa que ahora recibe apoyo oficial
Domingo 11 de diciembre de 2022, p. 25
Un pastel de tres pisos y una caja de chocolates en forma de cabaña con techo elevadizo que él mismo construyó para regalar a su sobrina en su cumpleaños, gestaron en el carpintero José Alejandro Zaragoza García el diseño de un árbol navideño de madera con villas iluminadas en cada una de sus bases.
El primero que realizó decora ya la casa de una de sus hermanas, en San Lorenzo Tezonco; el segundo, que ya está terminado, se irá a Ecatepec y comenzará a elaborar el que adornará el taller de la cooperativa familiar Carpintería y Artesanía sobre Diseño Zaragoza, en el número 2 de la calle Condoy, casi esquina con Tetepeuh, de la colonia Adolfo Ruiz Cortines, en la alcaldía Coyoacán.
Admite que el proyecto no está del todo consolidado por detalles como la falta de un proveedor de las figuras de Santaclós, duendes, animales y otros personajes para recrear las escenas navideñas que le den vida a las villas, y que ha buscado entre otros cooperativistas. Los árboles los elabora en ratos libres y tiempos muertos que tiene entre la elaboración de los trabajos de carpintería, como los de la espera de un pedido de madera.
El árbol es de cinco pisos, el primer piso es la base, que tiene un diámetro de 80 centímetros, el cual, como escena principal, cuenta con un tren navideño con su estación; los consecutivos se reducen 10 centímetros con cuatro y tres cabañas cada una con su propia luz interior, y otra plataforma que corona el árbol de 40 centímetros de diámetro, también se hallan decoradas con guirnaldas y series de luces.
Sueño incumplido, el origen de la creatividad
José Alejandro cuenta que en realidad quería poner una vulcanizadora, pues desde los 10 años trabajó en una y se proponía ganar lo suficiente para poner su propio negocio, comprar las planchas, desmontadoras de llantas, compresor y otras herramientas, pero no ganaba lo suficiente, por lo que se colocó como chalán en el taller de carpintería de su maestro Roberto Marín Fuentes.
Allí quedó prendado del aroma de la madera y el gusto por transformarla. Recuerda que la primera puerta que hizo le quedó pandeada, se la tuvo que llevar a su casa y se la descontaron, pero su maestro le dijo como enderezarla, la ocupó en el baño, luego la desmontó, la recortó y la puse en una cava y sigue allí
. Después comenzó a hacer trabajos por cuenta propia hasta que montó su propio taller.
Registró su lugar de trabajo como una empresa cooperativa, junto con su esposa Gabriela Rocha, su hermana Edmunda Irma, su sobrina Virginia, su nuera Ana Cristina y también su hijo Alejandro, e hizo socios a dos empleados, Gustavo Peña y Miguel Ángel Godínez, lo que le permitió contar con apoyos de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del gobierno de la ciudad para adquirir maquinaria y herramientas.
Ha realizado trabajos para establecimientos como restaurantes y bares en el vecindario, así como empresas de servicios de hospedaje aquí en la ciudad en Santa Fe y en Valle de Bravo, en el estado de México.
En el taller de su maestro Marín conoció a don Pedro Miramar, quien más que un compañero fue su segundo mentor en la elaboración de artesanías, vio que se llevaba retazos de madera y le preguntó “¿para que se lleva eso? Me dijo: ‘es que con esto hago artesanías’”, y le enseñó primero a hacer marcos, que con ellos hacía cuadros calados, lámparas con grecas, así como a trabajar con diferentes resinas para recubrimientos o modelar figuras en complemento a la elaboración de puertas, clósets, ventanas, vitrinas, libreros, cocinas, pisos, escaleras, todo cuanto se pueda hacer con madera
.
Procura no mezclar lo oficios, pero le entusiasma que sus árboles navideños, que son ahora producto de tiempos muertos y horas robadas al descanso, recortando y armando las cabañas de las villas, prosperen dentro del negocio.