El caos en la movilidad peatonal y vehicular por el aumento de vendedores ambulantes y el cierre de calles por obras o manifestaciones provoca que automovilistas y conductores de transportes de carga que pasan por el Centro Histórico hayan incrementado entre 40 minutos y una hora y media el tiempo para entrar y salir de la zona, es decir, necesitan alrededor de tres horas adicionales para realizar el recorrido que hacían hace unos meses, aseguró el presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio, Gerardo Cleto López Becerra.

En entrevista, alertó que cuenta con información acerca de que los consumidores han cambiado el destino de compra de artículos como ropa y calzado a centros y plazas comerciales, aunque resulte más caro, pero evitan perder tiempo en el tránsito vehicular.

Mientras el crecimiento del ambulantaje, que en el primer cuadro de la capital, según los datos de la organización, son más de 100 mil, provoca que el comercio establecido no haya recuperado las ventas que realizaba antes de la pandemia.

Aunque reconoció que las ventas sí han mejorado respecto del año anterior, aclaró que se ubican en 60 por ciento de lo que registraron en 2019. Para decirlo coloquialmente: ya no se vende como antes. Traemos una situación tremendamente complicada porque al tiempo invertido en los traslados se suma el gasto extra en la gasolina, que estimó entre 30 a 50 por ciento, porque no sólo es el caos para entrar y salir del Centro Histórico, sino también Bucareli, Eje Central, Fray Servando e Isabel La Católica, entre otras vialidades.

Agregó que el cliente que no cuenta con auto enfrenta la saturación en el transporte público por el cierre de algunas estaciones de la línea 1 del Metro, por lo que mucha venta se queda en el comercio informal.

Criticó que para que una persona se convierta en ambulante sólo necesita dos días en lo que se pone de acuerdo con el líder de la calle y de la organización, así como en el pago de la cuota, mientras para la apertura de un negocio establecido debe pasar más de un mes.

A la problemática se suma la presencia de los conocidos volanteros que ofrecen servicios de óptica, quienes, dijo, son una plaga en las calles Madero, Motolinia, Allende, Palma y hasta el Eje Central esquina con avenida Juárez.

Indicó que son una competencia desleal al comercio establecido, además de que acosan al cliente al referir que son más de un centenar de volanteros sólo en las inmediaciones de la estación Allende de la línea 2 del Metro.