Entre 2014 y 2023, la región de América Latina y el Caribe habrá crecido 0.9 por ciento, cifra que es menor si se compra con la llamada década pérdida en los 80, cuando el avance fue, en promedio, de 2 por ciento, reveló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

De acuerdo con el organismo, a los problemas estructurales que históricamente ha presentado América Latina y el Caribe, y que resultaron agravados por la crisis de la pandemia, se agregaron en 2021 y 2022 desafíos crecientes debido a las fuertes presiones inflacionarias, los altos niveles de deuda soberana que dejó la crisis y la guerra en Ucrania y sus efectos.

Al presentar el informe Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2022, José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la Cepal, indicó que si bien se espera que el crecimiento en 2022 de la región sea de 3.7 por ciento, para 2023 se prevé que el dinamismo sea menor y el avance sólo sea de 1.3 por ciento.

Estas cifras significan que en los 10 años que van de 2014 a 2023, la región habrá crecido menos, incluso, que en la llamada década perdida de los años 80, apuntó el directivo de la Cepal en videoconferencia.

La llamada década perdida fue un periodo en que los países de Latinoamérica experimentaron un gran aumento de la deuda pública, además de percibir menores ingresos debido al desplome de los precios de las materias primas, como el petróleo, altos niveles de inflación y déficits fiscales.

Particularmente, en México se vivió un periodo en el que se amagó con no pagar la deuda, aunque no lo hizo oficial, cosa que sí pasó en países como Perú, pero el terremoto de 1985 agravó la situación económica del país.

“No es el tipo de crecimiento que requiere América Latina para reducir la informalidad, la pobreza o crear empleos de calidad… No se trata de si vamos a tener una segunda década perdida, estamos terminando una segunda década perdida y la pregunta es si tendremos una tercera, que es lo que pasará para 2030”, apuntó el director ejecutivo del organismo.

El informe detalló que en 2023 los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una mayor desaceleración tanto del crecimiento como del comercio mundial, precios de productos básicos más bajos que en 2022 y condiciones financieras a nivel mundial que seguirán influidas por la aversión al riesgo y las políticas monetarias restrictivas en los países desarrollados.

En el frente interno, los países de la región enfrentarán nuevamente en 2023 un espacio limitado para la política macroeconómica, tanto fiscal como monetaria, concluyó la Cepal.