Daños en más de 50% de red eléctrica
Sábado 17 de diciembre de 2022, p. 19
Moscú. En lo que podría ser una simple coincidencia, o por el contrario, con toda la intención de responder a un golpe con otro, el mismo día que la Unión Europea (este viernes) aprobó el noveno paquete de sanciones contra Rusia, el ejército de este país –desde que en octubre se fijó como objetivo destruir la infraestructura energética ucrania– lanzó también el noveno ataque masivo con misiles sobre Kiev, Járkov y otras 14 ciudades del enemigo.
El comandante en jefe del ejército ucranio, Valeri Zalushny, informó que lograron derribar 60 de los 76 misiles de crucero que disparó Rusia desde tierra, buques de guerra en el mar Negro y aviones de combate la defensa antiaérea.
Sin embargo, entre los cohetes que dieron en el blanco y los fragmentos esparcidos, dejaron a muchos habitantes sin electricidad, calefacción y agua corriente durante horas, en caso de que los servicios de emergencia pudieran haber reparado rápido los daños causados, si no es que en días o semanas.
Ukrenergo, la compañía del sector público a cargo de generar y distribuir la electricidad en Ucrania, dijo en una primera estimación que el bombardeo afectó a más de la mitad de la red del país, por lo cual solicitó al gobierno declarar estado de emergencia en el sector.
Debido a que se trató de la novena ola de ataques con misiles contra nuestras instalaciones energéticas, restablecer el suministro de electricidad puede llevar más tiempo
, avisó la compañía.
Herman Haluschenko, titular de la cartera de energía en el gobierno ucranio, admitió que nueve instalaciones de generación y algunas subestaciones sufrieron daños, lo cual redujo la producción de electricidad, en particular la que se produce desde centrales nucleares
.
De acuerdo con este funcionario, que prometió restablecer lo antes posible
el suministro, Rusia está cometiendo ataques terroristas al tratar de destruir tanto las instalaciones de generación de energía como la red de transmisión, lo que impide que la distribución llegue a las viviendas
.
Moscú alega que sólo ataca objetivos militares y endosa a Ucrania la responsabilidad por las penurias que sufre su población civil, en tanto, Kiev revierte las acusaciones afirmando que si Rusia no lanzara misiles de crucero no habría necesidad de derribarlos.
En esta especie de círculo vicioso, que sólo echa más leña al fuego de la guerra y en esa medida aleja una necesaria solución negociada, sorprende que, según estiman los expertos que llevan el recuento del armamento empleado por ambos lados desde el 24 de febrero pasado, cuando se desató la guerra, a los rusos se les están acabando los misiles para atacar, y a los ucranios se les terminan los proyectiles y municiones para defenderse.
Los voceros moscovitas eluden de plano el tema. Los ucranios, en cambio, lo usan para argumentar que es insuficiente la ayuda proporcionada por Estados Unidos y sus aliados.
Aunque los medios que nos dan nuestros socios occidentales han fortalecido la defensa antiaérea en algunas zonas del frente, aún se necesita mucho para defenderse
, afirmó ayer Yuri Ignat, portavoz de la fuerza aérea, que actualmente cuenta sobre todo con sistemas antiaéreos de fabricación soviética como los S-300 o los Buk-M1.
De acuerdo con Ignat, para poder proteger el espacio aéreo de Ucrania es indispensable sustituir el armamento de la época soviética, cuyos proyectiles y repuestos se están agotando, por modernos sistemas occidentales, como los NASAMS, los IRIS-T, los Patriot y los SAMP-T
. Y eso que el ministro de Defensa ucranio, Oleksii Reznikov, en una entrevista con el diario británico The Guardian, reconoció que su defensa antiaérea en los últimos meses subió 80 por ciento más su eficacia.