Miércoles 1º de febrero de 2023, p. 22
Peshawar. El atentado con bomba que mató a 100 personas y dejó más de 200 heridos en una mezquita del cuartel general de la policía en Peshawar, en el noroeste de Pakistán, fue en represalia por las operaciones contra grupos islamitas armados, declaró ayer el jefe de la policía local.
Al momento de la agresión, entre 300 y 400 policías se encontraban en la mezquita para la oración del mediodía.
El gobierno de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, cuya capital es Peshawar, detalló que el último balance es de 100 muertos y 221 heridos, de los cuales 51 permanecen hospitalizados. La gran mayoría son policías.
Estamos en primera línea
en la lucha contra los movimientos islamitas armados y por eso fuimos el objetivo
, declaró a Afp el jefe de la policía de Peshawar, Muhammad Ijaz Khan.
Desde que los talibanes volvieron al poder en Kabul, en agosto de 2021, los ataques insurgentes contra patrullas policiales, controles de carretera y comisarías han aumentado tanto en Peshawar –a unos 50 kilómetros de la frontera con Afganistán– como en las zonas tribales que la rodean.
Esos atentados fueron perpetrados principalmente por los talibanes paquistaníes del Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), que recuperaron libertad de movimiento tras la caótica la salida de las fuerzas estadunidenses de Afganistán.
Algunos ataques fueron obra del EI-K, rama regional del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El jefe de la policía provincial, Moazzam Jah Ansari, declaró que un atacante suicida logró entrar a la mezquita cargado con entre 10 y 12 kilos de pequeños explosivos
.
Según él, un grupo a veces relacionado con el TTP podría estar detrás del atentado.
Ayer todavía se recuperaban cuerpos de entre los escombros de la mezquita, cuyo tejado y una pared se derrumbaron por la explosión.
Estuve atrapado bajo los escombros con un cadáver encima durante siete horas. Había perdido toda esperanza de sobrevivir
, comentó a la agencia noticiosa Afp Wajahat Ali, policía de 23 años, ahora hospitalizado.
Decenas de policías que murieron en el atentado ya fueron enterrados en ceremonias solemnes, con guardias de honor y los ataúdes cubiertos con la bandera paquistaní.
El TTP, movimiento desligado de los actuales líderes talibanes en Afganistán pero con raíces comunes, negó antier su responsabilidad en el atentado.
Desde su creación en 2007, el TTP ha matado a decenas de miles de civiles y fuerzas de seguridad en Pakistán.
En 2014 el movimiento fue expulsado de las zonas tribales por una operación militar.
Un funcionario local de seguridad que pidió el anonimato dijo que las autoridades estudian también la posible implicación del grupo EI-K, una escisión del TTP, o incluso un atentado coordinado por varios grupos.
En otro asunto, se informó que el naufragio en un lago del noroeste del país el fin de semana dejó 51 muertos, la mayoría niños. El bote transportaba a alumnos y docentes de un seminario a un picnic.
La embarcación de madera zozobró en la represa Tanda, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, y carecía de botes salvavidas. El dueño del barco también falleció.