Entre marzo y mayo de este año se esperan cuatro ondas de calor que generarán temperaturas por arriba de 30 grados Celsius en el valle de México, informó el Servicio Meteorológico Nacional.

Al participar en un taller sobre islas y ondas de calor, incendios y calidad del aire –organizado por la Comisión Ambiental de la Megalópolis y otras instancias–, Alejandra Méndez Girón, titular de la dependencia, mencionó que este fenómeno implica un calentamiento importante del aire, suele durar de cuatro a 10 días, tiempo en el que se generarán contingencias ambientales, incendios forestales, problemas de salud y hasta la muerte de personas.

En la temporada seca-caliente –de marzo a principios de junio– habrá una onda de calor en marzo, otra en abril y dos en mayo. En ese periodo es cuando se registra mala calidad del aire.

Alejandro López Sámano, director de urgencias epidemiológicas de la Secretaría de Salud, dijo a su vez que en años recientes ha habido un incremento de 26 por ciento en el número de personas que sufren golpes de calor y 27 por ciento de defunciones. Tan sólo en 2022 hubo mil 100 casos del primer aspecto con 42 decesos.

Paulina Ordóñez, investigadora de los institutos de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, indicó que las ondas de calor tienen un origen relacionado con sistemas de alta presión (anticiclones), que son reforzadas cuando se presentan sequías previas.

Miguel Altamirano, del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, explicó que las islas de calor urbano se registran cuando hay una diferencia de temperatura en superficie entre las áreas urbanas y las zonas suburbanas, rurales o naturales que las rodean. Agregó que son causadas por el cambio de uso de suelo y la modificación de las superficies.

El aumento en el nivel de ozono y partículas de varios elementos se refleja en problemas de salud como la irritación de ojos y tracto respiratorio, reducción de función pulmonar y bronquitis, agravamiento de asma y paro cardiaco, señaló el doctor Iván Hernández, y que las partículas finas respirables y ultrafinas incrementan los padecimientos dermatológicos, el riesgo de cáncer pulmonar y los infartos.