Washington. La agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) exhortó este miércoles a México a hacer más contra los cárteles que controlan el tráfico de fentanilo, opiode sintético que puede comprarse en redes sociales y ha causado decenas de miles de muertos en ese país.

Creemos que México tiene que hacer más para parar el daño que estamos viendo, porque los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) están dominando y controlando toda la cadena de suministro global de fentanilo, y operan en todo México; el primero en 19 de los 32 estados y el segundo en 23, afirmó la directora de la DEA, Anne Milgram, durante una audiencia en el Senado.

El tema causa alarma en Estados Unidos, sumido en la peor crisis de drogas de su historia, con 107 mil 735 muertos por sobredosis o envenenamiento accidental entre agosto de 2021 y agosto de 2022. Un estadunidense muere cada cinco minutos (por fentanilo). Es inaceptable, afirmó Rahul Gupta, director de la Oficina de Política de Control de Drogas de la Casa Blanca.

Milgram explicó el proceso: todo comienza en China, donde los cárteles compran los precursores químicos para fabricar fentanilo, y los llevan a México para producirlo en polvo. Luego lo preparan en forma de pastillas falsificadas que se parecen a medicamentos recetados en Estados Unidos, como Oxycontin, Percocet, Adderall o Xanax. Una vez vendido, añadió, los cárteles buscan la manera de que las ganancias regresen a México, y suelen lograrlo a través de organizaciones chinas de lavado de dinero.

La prioridad de la DEA es derrotar a estos dos cárteles, pero ya no podemos simplemente apuntar a los líderes, sino que hay que enfocarse en toda la red, desde las empresas de precursores químicos hasta los transportistas, detalla Milgram. La DEA considera que México debe dar máxima prioridad a los cárteles responsables del tráfico de fentanilo y metanfetaminas, como hizo desde 2012 hasta 2015 para desmantelar a Los Zetas.

Señala que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador puede actuar de tres maneras: intercambiando información, desmantelando laboratorios clandestinos y extraditando a personas acusadas de tráfico de droga.

La audiencia del Senado coincide con el juicio en Nueva York contra Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública mexicano, por narcotráfico. Un proceso judicial que recuerda los tentáculos del crimen organizado, que ha llegado a infiltrar gobiernos.

El año pasado, México extraditó a 24 acusados de tráfico de drogas a Estados Unidos, pero hay más de 200 en espera, reprochó la directora de la DEA.

Todd Robinson, subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, fue más comedido en sus críticas al gobierno de López Obrador. Diría que en las conversaciones que hemos tenido, México está dispuesto a hacer más, y Washington le ha pedido que destine más recursos a combatir esta droga, 50 veces más potente que la heroína.

López Obrador, expuso, impulsa una política de abrazos, no balazos, que plantea aumentar la inversión social en zonas donde operan los cárteles para atacar las causas del narcotráfico, pero mantiene operaciones que se han saldado con la detención de narcotraficantes.

Redes, autopista de la droga

Robinson fue mucho más crítico con China. Hay pasos básicos que podrían tomar y no lo están haciendo en este momento, como monitorear y hacer más transparente el etiquetado de precursores químicos que salen de esa nación, intercambiar más datos y asegurarse de que las empresas que exportan estas sustancias sepan a quién van dirigidas, en particular en el caso de México.

En algún lugar de Estados Unidos, hoy, un adolescente encontrará drogas ilícitas simplemente abriendo una aplicación de redes sociales en su teléfono, alertó Ruhal, para quien esta nueva era necesita un cambio de políticas.

Para la directora de la DEA, las redes sociales son la autopista de las drogas.

Hace 20 años, si alguien vendía droga tenía una relación más personal con quien compraba, pero ahora los cárteles son conscientes de que aunque alguien muera por tomar su letal fentanilo, hay otros 100 millones de usuarios en Snapchat a los que pueden vendérselo, y cientos de millones en Facebook e Instagram, explica.