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Tesoros culturales de México destacan en el acervo de la Biblioteca Digital Mundial

La invaluable colección del Congreso de Estados Unidos está abierta al público de manera gratuita // Hay entre los materiales un texto ensangrentado de Iturbide, un libro de herbolaria de la Nueva España de 1651 y otro que recoge elogios de 60 poetas a Sor Juana

 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de febrero de 2023, p. 2

El manuscrito colombino O’ Gorman, de 1493, escrito y firmado por Cristóbal Colón; un libro del siglo XVII acerca de las aplicaciones médicas de las raras plantas del Nuevo Mundo; el códice Osuna, que data de 1565; un volumen en homenaje a sor Juana Inés de la Cruz, publicado cinco años después de su muerte, con textos inéditos en ese entonces, así como una de las pocas cartas personales que se conocen de Gabriela Mistral, remitida al poeta chileno Manuel Magallanes, son algunos de los materiales digitalizados por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por una iniciativa que se atribuye a su bibliotecario James H Billington.

Esos documentos aparecen cuando en el buscador se escribe la palabra México en la colección que se agrupa en la inmensa y exquisita Biblioteca Digital Mundial (BDM, www.wdl.org), creada en 2009, en colaboración con la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

En marzo de 2020, con motivo del confinamiento mundial por la pandemia de covid-19, el invaluable acervo abrió en Internet su acceso virtual de manera gratuita a los materiales que provienen de decenas de instituciones culturales de todos los continentes.

Desde entonces, usuarios de diversos rincones del planeta han tenido oportunidad de disfrutar manuscritos, mapas, libros raros, partituras, grabaciones, películas, fotografías y documentos de arquitectura, tesoros culturales que se pueden consultar desde la comodidad del hogar en árabe, chino, español, francés, inglés, portugués y ruso, aunque hay documentos en más de 50 idiomas.

Joyas de las Indias Orientales

Entre los materiales que destacan, si se busca la referencia México, se encuentra desde un manuscrito teñido de sangre, encontrado entre la faja y la camisa de Agustín de Iturbide tras su fusilamiento el 19 de julio de 1824 (una emotiva defensa a su carrera pública), hasta el manuscrito colombino O’Gorman, fechado en Cádiz, España, el 20 de noviembre de 1493, en el que Cristóbal Colón describe las nuevas tierras que ha descubierto, a las que llamó Indias Orientales. Está escrito en papel de lino y lleva una marca de agua. En 1978, el historiador Edmundo O’Gorman autenticó el documento, por eso lleva su nombre.

En la BDM también se puede consultar el libro conocido como Tesoro Messicano, que formalmente se titula, en latín, Rerum medicarum Novae Hispaniae thesaurus, seu, Plantarum animalium mineralium Mexicanorum historia (Inventario de artículos médicos de la Nueva España, o Historia de las plantas, animales y minerales mexicanos), al cual también se le llama Esemplare Cesiano, por las ricas anotaciones manuscritas de Federico Cesi (1585-1630), naturalista italiano y fundador de la Accademia dei Lincei en Roma.

El Tesoro, se explica en la ficha del ejemplar, “es una obra compleja: los hechos que culminaron en su publicación en 1651 se remontan a 1570, cuando el rey Felipe II de España nombró a su médico de corte, Francisco Hernández, médico jefe de Indias, a quien ordenó viajar a México para estudiar el entorno natural del Nuevo Mundo, con un enfoque en las aplicaciones médicas de sus plantas aún desconocidas.

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▲ La Biblioteca del Congreso de EU alberga más 95 millones de mapas, manuscritos y fotografías, entre otros materiales. Arriba, códice Osuna, de 1565, disponible para su consulta en la BDMFoto World Digital Library

Siete años después, Hernández regresó a casa, pero su manuscrito, una enorme colección de nombres ininteligibles junto con dibujos que representaban plantas y animales desconocidos, no contó con el favor del rey. Felipe finalmente le pidió a Leonardo Recchi que redactara un texto que estuviera más en línea con su deseo original de una lista de plantas con usos médicos. En 1610, el manuscrito de Recchi llegó a manos de Cesi, quien asumió la tarea de completar el trabajo y asegurarse de que se imprimiera. Encargó los comentarios y la exégesis a Johannes Faber, Fabio Colonna y Joannes Terentius, e hizo que Francesco Stelluti compilara los índices.

Cartas inapropiadas

La biblioteca digital también resguarda una carta escrita en el barrio de San Ángel, de la Ciudad de México, por la autora chilena Gabriela Mistral (1889-1957), seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, quien en 1945 se convirtió en la primera autora latinoamericana en ganar el Premio Nobel de Literatura. Ella mantuvo una rica correspondencia con varios colegas; en 1914 ganó el gran premio del concurso de poesía Juegos Florales con sus Sonetos de la muerte, y entre los jueces de ese concurso se encontraba el poeta chileno Manuel Magallanes Moure (1878-1924), con quien mantuvo un intercambio de cartas que continuó hasta 1923 y que en su mayor parte se mantuvo en secreto.

Magallanes Moure estaba casado, y la conexión con Mistral, mujer soltera, podría haberse considerado inapropiada, se explica en la ficha de una de las más de 80 cartas y telegramas que Mistral le mandó y que más tarde destruyó. Sólo sobrevivieron cinco.

Otra joya en la BDM que tiene referencia con México es el volumen Fama y obras posthumas del Fénix de México dezima musa, poetisa americana, Sor Juana Inés de la Cruz, que recoge los elogios que más de 60 poetas de España y de la Nueva España escribieron a la célebre monja cuando ella murió.

La recopilación la hizo Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, publicada cinco años después. En el libro se incluyeron también varios documentos entonces inéditos, en particular la Protesta de la fe y la ahora famosa Respuesta a Sor Filotea de la Cruz.

La BDM es uno de los apartados más consultados de la Biblioteca del Congreso estadunidense, la entidad cultural más antigua en ese país, que alberga más de 17 millones de libros y 95 millones de mapas, manuscritos, fotografías, películas, grabaciones de audio, grabados y dibujos. Muchos de esos materiales están también digitalizados y se pueden revisar en: https://www.loc.gov/