a declaratoria de culpabilidad emitida hace unos días por un jurado de Nueva York en contra de Genaro García Luna por cuatro cargos de narcotráfico y uno más por mentir a las autoridades migratorias de Estados Unidos fue recibida con satisfacción y alivio en México, no por un afán de linchamiento o venganza, sino porque representa una mínima acción de justicia ante la violencia, la corrupción, la desintegración social y el sufrimiento incuantificable que generó la ‘guerra contra la delincuencia’ emprendida por Felipe Calderón, de la que su secretario de Seguridad Publica fue ejecutor principal”. En estos términos se expresó el editorial de nuestro periódico el miércoles pasado. Esa guerra se tradujo en cientos de miles de muertos, decenas de desaparecidos, etcétera, etcétera.
Ante los acontecimientos, viene a mi mente el verso de Jorge Luis Borges (1960) de El otro tigre
: Pienso en un tigre. La penumbra exalta / la vasta biblioteca laboriosa / y parece alejar los anaqueles; (...) / Insensata y antigua, y persevero / En buscar por el tiempo de la tarde / el otro tigre, el que no está en el verso.
Y es esta aventura ya definida del juicio a García Luna, la del tigre en un circo. El otro tigre, el que no está en el juicio; el otro tigre, que no está en el juicio, pero está...