Estos objetos deben ser tratados como patrimonio nacional, dice quien es considerado el mayor coleccionista de esas prendas en el país // Sus piezas se han exhibido en museos de nuestro territorio, Japón, España y EU
Martes 21 de marzo de 2023, p. 4
Para Christian Cymet, considerado el mayor coleccionista de máscaras de lucha libre en México, esas piezas son obras de arte que merecen el cuidado que se da a todo objeto considerado patrimonio nacional.
En entrevista con La Jornada, narra que cuando participó con su acervo en una exposición en el Museo del Objeto del Objeto, solicitó de condición que se restaurara una máscara del Villano Primero, de los años 60.
Contrataron a un restaurador que aprendió a hacerlo, ya que nunca había rehabilitado una máscara; fue una gran experiencia para ambos
, rememoró.
Cymet ha mostrado parte de su colección en museos nacionales, de Estados Unidos y de Japón. Tiene más de 2 mil 500 máscaras, todas usadas y luchadas
, que datan desde los años 50 hasta la actualidad; “las más antiguas son del Santo, el Médico Asesino, Blue Demon y Black Shadow.
“También tengo un archivo fotográfico, equipos, programas, revistas, cabelleras auténticas, mobiliario, como el reclinatorio que utilizaba el Santo en la capilla de su casa, además de obras de arte relacionadas con la lucha libre, por ejemplo de artistas como Demian Flores, y fotografías de Lourdes Grobet.
“En Guadalajara participé en el Museo de las Artes Musa, cuando se llevó a cabo la exposición En casa con mis monstruos de Guillermo del Toro. En Monterrey también se presentaron mis máscaras y fueron más de 100 mil personas a visitarlas.
“Fuera del país, mi colección ha viajado a ciudades de Estados Unidos, como San Francisco y Brownsville; también se exhibieron en Japón.
El año pasado se montaron en una exposición en el Centro Cultural Contemporáneo de Barcelona
, detalló Christian Cymet.
Una pasión de infancia
Para el coleccionista, la lucha libre es parte de la tradición del país, reconocida en el extranjero, la máscara ya se volvió un ícono de nuestra cultura
. Inició su colección cuando acompañaba a sus padres a buscar antigüedades: Yo pedía cosas antiguas de lucha libre y los anticuarios me respondían que esas eran chácharas
, agregó.
También recordó que algunos luchadores mexicanos que fueron de gira a Japón ahí mismo vendieron algunas de sus prendas, por eso existen muchos coleccionistas de máscaras en aquel país
, de donde Cymet repatrió un par, como la de Sangre Chicana y la de Faraón.
“Soy muy tradicional, me gustan mucho las máscaras sencillas, porque las de antes, además de ser simples fueron muy representativas; si uno observa el antifaz del Santo, no se necesita ver la máscara para reconocerla, con sólo ver el antifaz sabes de quién es; en cambio las máscaras de muchos luchadores actuales son muy parecidas; es difícil identificar a quién pertenecen”, finalizó Christian Cymet.