Perversas intenciones
iertamente, no fue la totalidad de la multitud que abiertamente se manifiesta adicta a la columneta la que aplaudió frenéticamente la propuesta de que ésta incluyera, regularmente dentro de sus textos, una sección a la que denominaríamos: numeralia
y, por medio de la cual, haría un esfuerzo para tratar de ser un poquito más legible e inteligible en sus comentarios. Para conseguirlo, se le ocurrió suplir, en algunas explicaciones, los signos gramaticales (llamados letras) por cifras, signos numéricos llamados dígitos, o sea, cantidad que se representa con una sola cifra.) Éstos son menos, más concretos y precisos en lo que buscan expresar. Claro, cuando no se les agregan otra infinidad de detalles como paréntesis, círculos, diagonales, o instrucciones de sumas, multiplicaciones, divisiones o, lo que constituye un verdadero agravio: pedir que sometamos a estos simples e inocentes números a esos instrumentos de martirio que se conocen como raíz cuadrada o, potencialización (otros dicen, potenciación) de un número determinado, es decir, la multiplicación de ese número inicial llamado base, por otro de valor semejante al primero, conocido como exponente. Trato de imaginar el conocimiento, la dedicación, que la realización de estas operaciones requiere, y un inevitable escalofrío recorre el espinazo de este sujeto que, gracias a que entonces todavía sus relaciones con la Virgen del Sagrado Corazón (abogada de las causas difíciles desesperadas), eran del todo bonancibles, logró aprobar con su maestra Esther Amador, la tabla del 9, completita, pudiéndola decir de corrido en menos de cinco minutos.
Seguramente los datos estadísticos que la columneta irá presentando serán de gran utilidad para entender todo aquello que ésta no siempre entiende. La estadística, a la que también recurriremos es: una ciencia que utiliza un conjunto de datos numéricos para obtener interferencias basadas en el cálculo de probabilidades.
Échense esta breve y precisa definición cortesía de Google o, si la quieren más picuda, les agrego esta otra y por el mismo precio: Estadística es una ciencia que estudia la viabilidad, recolección, organización, análisis, interpretación y presentación de los datos, así como el proceso que los genera siguiendo la ley de la probabilidad
. Ahora, dejemos para más adelante estas importantes cuestiones teóricas y pasemos a ciertos ejemplos del momento que vivimos, o las probabilidades de que una vez más la información de esta semana vuelva a postergarse, serán casi tan elevadas como las de que en un certamen nacional para designar a los mexicanos más impúdicos, los lugares indiscutibles los ocuparían los distinguidos ciudadanos: don Lorenzo Córdova, El Principito, (perdón, perdón, don Antonie de Saint-Exupéry), su samurái, Ciro Murayama y el mago del INE/fable reino de la insolencia, la altanería, la soberbia y la desfachatez: Edmundo Jacobo Molina, el mago Merlín, quien durante muchos años fue el exitoso prestidigitador, ilusionista, escapista cuyas habilidades permitieron, como autóctono David Copperfield, transformar la cruenta realidad en percepciones virtuales de ésta.
Hay todavía muchas cosas que decir, denunciar y exigir, pero, ¿qué hago con las notas de esta entrega? Pues aunque sea, vaya un adelanto: ¿sabe usted que sólo 40 por ciento de las mujeres llegan a denunciar los agravios de violencia sexual de los que son víctimas? Y esta actitud no es abulia, ni desinterés o irresponsabilidad, sino experiencias personales de la inutilidad de las denuncias, pues más que justicia, pueden ocasionar la revictimización de las denunciantes y, aún represalias de parte de los delincuentes, amparados por la impunidad que suelen provocar estos graves delitos. Los datos oficiales dicen que las entidades con más altos registros son: estado de México, Ciudad de México, Nuevo León, Chihuahua e Hidalgo.
Las informaciones crecerán de tono en las emisiones siguientes: hablaremos de por qué las mujeres tardan más de 10 años en obtener un crédito hipotecario, aunque son ellas quienes menos retrasos tienen en el pago de sus saldos. Éstos y algunos otros temas femeninos serán provocación más que suficiente para una aguerrida discusión.
Presidente: Los rumores exhiben no sólo lo deseos perversos, sino las perversas intenciones. La obligación patriótica es no darles oportunidad en ninguna dimensión.