La obesidad y el sobrepeso en México cuestan al país entre 2.5 y 5 por ciento del producto interno bruto (PIB); no sólo por los gastos que el gobierno debe hacer para tratar las enfermedades asociadas con este fenómeno, sino también por la pérdida de productividad laboral que conlleva.

Así lo advirtieron Gustavo Merino Juárez y Janet Gutiérrez Uribe, del Instituto de Investigación sobre Obesidad del Tecnológico de Monterrey, quienes subrayaron que este problema de salud pública sigue aumentando en todos los grupos de edad, incluyendo a los adolescentes y los niños.

En entrevista con La Jornada a propósito del Congreso Internacional de Investigación sobre Obesidad, que dicha institución educativa realizará el 8 y 9 de mayo, ambos especialistas señalaron que el sobrepeso sigue siendo un factor que merma los ingresos tanto del país como de las personas que la sufren.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dice que la obesidad nos cuesta alrededor de 5 puntos del PIB. Sólo para dar una idea: la población adulta con sobrepeso u obesidad lleva ya varios años por arriba de 70 por ciento. En 2012, era 71 por ciento; en 2018, subió a 75 por ciento y, en la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2022), bajó un poco, a 72.4 por ciento, enfatizó Merino.

En cuanto a la prevalencia del sobrepeso en ambos sexos (en personas adultas), el padecimiento ha crecido con más velocidad entre las mujeres, hasta alcanzar a 75 por ciento, mientras entre los hombres el índice es ligeramente menor, de 69 por ciento, pero igualmente preocupante.

En el caso de los adolescentes, la enfermedad afecta en la actualidad a 43 por ciento de ellos (contra 33 por ciento de 2006), y en el grupo de niños menores de 5 años, el número es de 7.8 por ciento. Estamos hablando de cifras alarmantes, con un impacto en la salud muy fuerte, con dolencias complejas, dolorosas y caras de tratar, como algunos cánceres, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Luego de destacar que el sobrepeso y la obesidad son fenómenos que han crecido en todo el mundo, Gutiérrez señaló que la causa de éstos es multifactorial e involucran tanto hábitos culturales de alimentación como falta de espacios adecuados para hacer ejercicio, además de rutinas de trabajo que implican recorrer grandes distancias y gastar mucho tiempo, lo cual quita margen para hacer ejercicio y preparar uno mismo su comida de forma sana.

Por tal razón, afirmaron los expertos, la respuesta al problema debe ser multidisciplinaria y multisectorial, con el fin de involucrar a los ciudadanos en su propio cuidado, pero también a gobiernos, empresas y organizaciones civiles.