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De la otra ciudad

Pasaron 50 años para ponerse en el mapa

Familia de Tulyehualco transforma el amaranto en productos de calidad

Con apoyo oficial ahora fabrican galletas, harina, churritos y atoles; buscan llevar la semilla a más lugares

 
Periódico La Jornada
Domingo 14 de mayo de 2023, p. 29

Casi medio siglo tuvo que pasar para que la familia amarantera Garcés-Hernández, oriunda de Tulyehualco, alcaldía Xochimilco, pudiera contar con las herramientas necesarias para elaborar la veintena de productos de primera calidad que fabrica con base en la semilla a la que se atribuyen propiedades altamente nutritivas, conocida también como alegría, y que desde tiempos inmemoriales cultivan en este pueblo al amparo del volcán Teuhtli.

Lejos han quedado aquellos tiempos en los que el señor Guadalupe Hernández, papá de doña Yolanda e integrante de la cooperativa, enseñó a su hija a elaborar alegrías que después vendían a turistas nacionales y extranjeros en las trajineras de los embarcaderos de Xochimilco, las terminales de autobuses y algunos parques, siempre con la consigna de ofrecer un producto bien hecho.

Aunque el trabajo de esta familia viene de muy atrás, apenas hace unos cuantos meses su producción ha podido despegar y los alcances de su futuro pueden ser insospechados ante la gran calidad de sus productos.

Constituidos como la cooperativa artesanal Transformación de Amaranto Garcés-Hernández, con ocho integrantes, todos de la familia conformada por el papá Mario Garcés, la mamá Yolanda Hernández, los hijos Anel, Christian y Eduardo, la nuera Yetlanezi Molotla, el yerno Ulises Solís y una nieta, Daniela, se dedican a transformar el amaranto en más de 25 productos como galletas, harina, granola, barras, trufas, churritos, palanquetas, malvaviscos, panqués y atole, entre otros.

Hace 13 años, cuando arrancó su proyecto, todo lo hacíamos a mano, desde batir las masas hasta cortar las galletas y horneábamos en estufas convencionales, recuerda Ulises.

Con este proyecto inicial sólo podían producir una maquila de galletas al día, es decir 450, cuando mucho el doble.

Ahora, al haberse inscrito al subprograma de apoyo a cooperativas denominado Fortalecimiento de Empresas Sociales de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo, han completado su taller con una máquina cortadora de galletas, un horno que utiliza agua, electricidad y gas, así como una batidora,

Esas herramientas les han sido de gran utilidad para reducir horas hombre en la elaboración de sus productos, pues ahora el batido se efectúa en 15 minutos, la cortada de galletas en 10 y la horneada se encuentra lista en 25 minutos; en suma, con estas máquinas hoy podemos hacer cinco maquilas diarias de galletas.

Foto
▲ En la cooperativa Transformación de Amaranto Garcés-Hernández los ocho integrantes están convencidos de que el próximo paso es llevar sus nutritivos alimentos a más restaurantes, cafeterías y hoteles de todo el país, para lo cual han acudido a diversos eventos donde presentan sus muestras.Foto Marco Peláez

Debido a que su producción ha aumentado bastante, prevén inscribir nuevamente proyectos en la dependencia para conseguir otro horno y crecer.

Comercialización

Los principales puntos de venta desde hace muchos años fueron las oficinas de la Secretaría de Educación Pública ubicadas en Iztapalapa y las ferias organizadas por la dependencia en diferentes alcaldías.

Sin embargo, fue hasta 2022 cuando fueron invitados a la Feria de la Inversión, organizada por la Secretaría de Desarrollo Económico, donde por primera vez pudieron establecer contacto con algunos inversionistas.

A pesar de haber llegado a ese evento sin saber a qué nos presentamos, fuimos de las cooperativas que más vendimos.

Pero lo más importante es que vimos llegar a la gente a la que nunca esperábamos destinar nuestro producto: ¡los inversionistas de la rama cafetera!

Y es que de la cata nació el amor. En la feria “nosotros dábamos pruebitas de nuestras galletas y trufas de chocolate rellenas de ciruela pasa y nuez empanizadas con amaranto, ¡algo amoroso al paladar! Y como nuestro módulo estaba justo frente al café Punta del Cielo, que daba vasitos, pues sus visitantes se iban con nosotros a las pruebas de galletas, “¡una combinación demasiado buena!

Fue así que algunos inversionistas comenzaron a decirnos: yo quiero tu producto en mis cafeterías y los de la rama hotelera: yo quiero tu producto en mis hoteles.

Ulises agrega que está en trámite el etiquetado nutrimental y los sellos que comenzarán a colocar pronto en sus empacados.

Actualmente la familia Garcés-Hernández no cultiva la planta de amaranto, pero sí lo hacen sus parientes cercanos, a quienes compran una tonelada de esa semilla al mes para la elaboración de sus productos.

La mayor parte del pueblo de Tulyehualco se dedica al cultivo o a la transformación del amaranto en diversos artículos. Hoy las familias amaranteras producen más y gracias a todos los estudios que se realizan, hay más productos que se pueden elaborar.