l menos en papel, la programación oficial del festival de Cannes –que hoy comienza– se antoja más atractiva que la del cacareado 75 aniversario del año pasado. Esto se debe a la presencia de varios veteranos estimables en su sección oficial. De hecho, algunos son favoritos indudables de quien esto escribe.
Desde luego, el estreno más esperado del año es Killers of the Flower Moon (Asesinos de la luna floral), la más reciente realización del gran maestro Martin Scorsese, quizás el cineasta más valioso de Estados Unidos. No se diga más. Otro octogenario loable que hace acto de presencia es el español Víctor Erice, quien no había filmado un largometraje desde aquel memorable El sol del membrillo, de 1992. Su nueva película se titula Cerrar los ojos, y en el reparto figura Ana Torrent, quien debutara como la niña inolvidable de El espíritu de la colmena, hace 50 años.
Mientras, el británico Ken Loach, también octogenario, asegura que The Old Oak (El viejo roble) va a ser la última película de su ilustre filmografía. El título se refiere al pub de un pueblo minero del noreste de Inglaterra. A su vez, el alemán Wim Wenders todavía no cumple el ochentón, pero ya está cerca. El cineasta no participa con una, sino con dos nuevas producciones: Anselm y Perfect Days (Días perfectos). Sólo la segunda está en competencia, en el continuo –pero fallido– intento de Wenders por mantenerse relevante.
Un veterano muy respetable, activo desde los 60, es el italiano Marco Bellocchio. De 83 años, estrenará Rapito (Secuestrado), película de época de corte político. El también italiano Nanni Moretti cumple 70 este año y ciertamente su trayectoria es digna de elogios en su mayor parte. Su nuevo trabajo se titula Il sol dell’avenire (El sol del futuro). En comparación, el singular finlandés Aki Kaurismäki es un jovenazo de 66 años, pero tiene más mérito por la cantidad de alcohol que ha consumido; presenta en competencia Kuolleet lehdet (Hojas muertas) y es la rara película del festival cuyo metraje no rebasa una hora y media de duración. Dios lo bendiga. También está, con apenas 64 años, el prestigioso turco Nuri Bilgé Ceylan, quien compite con Kuru otlar ustune (Acerca de hierbas secas).
Y algo hay que decir sobre el estreno de la nueva aventura de otro octogenario, Indiana Jones. Dirigida por James Mangold –y no Steven Spielberg– Indiana Jones and the Dial of Destiny ofrecerá a un Harrison Ford rejuvenecido por la tecnología digital y es la quinta de la serie. Ford será objeto de un homenaje similar al que se le brindó a Tom Cruise el año pasado, lo que promete ser una de las actividades fuertes del festival en lo que se refiere a furor mediático.
Por otra parte, México estará representado en la sección oficial por Perdidos en la noche, la más reciente realización de Amat Escalante, quien nació en 1979 y es, por tanto, un chamaco en contraste. También hay talento mexicano en Eureka, del argentino Lisandro Alonso, pues actúa en ella José María Yazpik y será exhibida en la misma sección llamada Cannes Premiére.
Y esta vez las feministas no se pueden quejar. Hay seis películas de cineastas mujeres en la competencia, comenzando por la cinta inaugural Jeanne du Barry, de la directora y actriz que se hace llamar simplemente Maïwenn. Cabe anotar que sus anteriores esfuerzos no me han convencido. Ya veremos si mejora con esta producción de época, protagonizada también por Johnny Depp como Luis XV.
Según se sabe, Francia es en estos momentos un país convulso por las protestas por la modificación a la ley de pensiones. Cannes no podrá mantenerse aislado de ese malestar. Por lo pronto, el sindicato de electricistas ya amenazó con hacer apagones durante las proyecciones. Ya veremos. O no.
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