er papá es una condición que cambia con la historia y en cada grupo social. La sola idea de tener hijos o no tenerlos o cuántos tener es variable. Con el avance de las generaciones, los papás mexicanos han reducido el número de hijos. Los padres que nacieron en 1964-65 tuvieron tres hijos en promedio a lo largo de su vida, y los que nacieron en 1972-73 tuvieron 2.5. Casi la quinta parte de los hombres concluyeron su vida reproductiva sin haber tenido descendencia, 16.7 por ciento de quienes tienen escolaridad menor a la primaria, 14.5 de quienes tienen más de licenciatura, las proporciones son menores entre hombres con escolaridad media (Encuesta demográfica retrospectiva EDER, 2017; Páez & Zavala, 2023). En cuanto al uso de anticonceptivos una de cada seis mujeres mexicanas en edad fértil contó con la participación masculina (él usó condón, vasectomía, ritmo o retiro), los adolescentes de 15 a 19 años con estudios de preparatoria son quienes más participan, pero en áreas rurales sólo participa 10 por ciento de los hombres.
Son papás casi la mitad de los hombres mexicanos (47.7 por ciento de los mayores de 15 años), habitan en la misma vivienda con al menos un hijo y, en su mayoría, son casados o viven en unión libre. La tercera parte del total de la población vive con su padre y madre, sólo 2.6 por ciento vive sólo con su padre; más de un tercio de la población (34.3 por ciento) declaró que su padre vivía en otra vivienda, 28 por ciento, que su padre ha fallecido y 1.4 no sabe de él; 1.1 por ciento de los hogares nucleares está formado por padres con orientación homosexual.
Ocho de cada 10 padres son jefes de hogar. Los papás dedican importantes horas de su tiempo al trabajo remunerado, casi 70 horas a la semana en promedio, se trata de la expresión del rol de proveedor que se les ha asignado por siglos. Aun antes de ser padres, se obliga a los hombres a cumplir con ese rol. Doce por ciento de los adolescentes de 12 a 19 años no asisten a la escuela, la quinta parte no acude por tener que trabajar para cooperar en los gastos del hogar, otro tanto por no poder pagar los gastos escolares, menos de 3 por ciento abandonó la escuela porque se casó, unió o embarazó a su novia (16 por ciento de las adolescentes desertan por esta causa) y sólo uno por ciento deserta porque tenía que cuidar a alguien.
El trabajo remunerado comprende el intercambio de la fuerza de trabajo por una remuneración monetaria, con variaciones importantes en las jornadas y condiciones bajo las cuales se realiza; 76.4 por ciento de los mexicanos participa en el trabajo remunerado frente a 44.9 de las mexicanas (Mujeres y Hombres/Inmujeres, 2020). La ocupación de 17 por ciento de los padres es como trabajadores de la construcción; 16.8 por ciento son profesionistas y técnicos; 15.6 son operadores de maquinaria industrial, choferes y conductores; 13.9 trabajan en actividades agrícolas, ganaderas, de caza y pesca; 12.2 se dedican a actividades elementales y de apoyo; 9.3 son comerciantes, empleados y agentes de ventas; 6.7 trabajan en servicios de vigilancia, 3.4 son auxiliares en actividades administrativas, y sólo 3.2 por ciento son funcionarios, directores y jefes (estimaciones del Conapo con base en el censo de 2020).
En cuanto al trabajo no remunerado en los hogares, que incluye las acciones para mantener el funcionamiento de sus integrantes, tales como: cocinar, lavar la ropa, la limpieza de la vivienda y el cuidado de las personas que necesitan atención especial (infantes, personas enfermas, con discapacidad o mayores dependientes), se trata de un trabajo que ha estado injustamente desplazado en las mujeres (ellas dedican 50.4 horas en promedio por semana al trabajo no remunerado, frente a 19.6 horas que dedican los hombres); hay, sin embargo, una tendencia hacia el mayor involucramiento de los hombres en los cuidados, muy positiva aunque lenta, hacia la equidad en las cohortes más jóvenes.
Mientras en 2009 sesenta por ciento de los hombres de 25 a 34 años (edad en que la mayoría son padres y corresiden con personas menores) dedicaban 6.5 horas a la semana al trabajo de cuidados directo de niñas, niños y adolescentes; 10 años más tarde aumenta a 73 por ciento la participación de los hombres en el trabajo de cuidados de menores, con 7.6 horas semanales en promedio. Los hombres que viven en localidades urbanas se involucran más en las actividades del hogar que los hombres de localidades rurales (estimaciones del Conapo a partir de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo/ENUT, 2009 y ENUT, 2019).
Ser padre no es tarea fácil. Decía Neruda: Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza. Sucede que me canso de mis pies y mis uñas y mi pelo y mi sombra. Sucede que me canso de ser hombre
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*Secretaria General del Conapo
Twitter: Gabrielarodr108