No confían en Jimmy Lozano para el reto mayor
a Copa Oro es un torneo que sólo sirve para recolectar dinero de los fanáticos mexicanos radicados en Estados Unidos. El grupo del Tri (con Honduras, Haití y Qatar) es un chiste y, precisamente por eso, resulta el maquillaje adecuado para restañar los severos raspones que dejó la Liga de Naciones. El verdadero reto rumbo al próximo Mundial es la Copa América 2024, donde la afición puede volver a mostrar el músculo si no la complacen, tal como hizo en los recientes juegos ante el equipo de las barras y las estrellas y Panamá.
Por esa razón, Juan Carlos Rodríguez no quiere dejar en manos de Jaime Lozano semejante reto ¡ni aunque gane la Copa Oro! y está obsesionado con el enésimo retorno al banquillo de Javier Aguirre, quien tampoco ha logrado el quinto partido en dos Mundiales, pero cuyo manejo de prensa, discurso y tablas adquiridas en su andar por diversas latitudes, tiene arrobado al alto comisionado de la FMF, La Bomba Rodríguez, y, consciente de que Vasco Aguirre firma contratos de un año, luce dispuesto a endulzarle el oído con jugosa suma mientras lo libera el Mallorca.
Y es que en la Copa América (del 20 de junio al 14 de julio) México puede ser exhibido de nuevo por un cuadro estadunidense que sí lleva una planeación adecuada, y que tras dicho evento dará el salto de inmediato a los Juegos Olímpicos de París (26 julio al 11 de agosto), a los que el Tri no calificó. También corre el riesgo de ser zarandeado por alguno de los grandes de Sudamérica: Argentina, Brasil, Uruguay ¡y hasta Chile! todavía pervive el trauma de aquel infausto 7-0... Además, si algo han demostrado los federativos, es que no confían en los novatos como el Jimmy Lozano.
El reciente episodio que derivó en el cese fulminante del técnico Diego Cocca es digno de toda clase de análisis, está como para regodearse, no por tratarse de un mal resultado, sino porque despertó al monstruo de 60, 70 mil cabezas establecido en los estadios al norte del Río Bravo, al que creían tonto, sumiso, dócil. Lo suponían un público que siempre iba a entregar gustoso los dólares ganados con múltiples sacrificios a cambio de cualquier espectáculo basura... No sólo temblaron los federativos tricolores, sino los de la propia Concacaf.
En el balompié hay de mafias a mafias; la que ahoga y exhibe a los dueños mexicanos es pequeña comparada con la formidable historia de Chuck Blazer (qepd), la cual resulta singular, atractiva, fascinante… Quizás fue el soplón de aspecto más simpático del mundo del futbol, la punta de la madeja que desentrañó el estruendoso caso conocido como FIFAgate. Habrá quienes aborrezcan su memoria, empezando por Joseph Blatter y Michel Platini, pero al menos la Concacaf debería honrarlo por haber sido el creador de la Copa Oro, cuya primera edición se realizó en 1991.
El nombre con que Blazer, ex secretario general de la Concacaf y miembro del Comité Ejecutivo de FIFA, bautizó al torneo de naciones de la confederación más atrasada del mundo le viene como anillo al dedo, porque es, en efecto, la real gallina de los huevos de oro. Desde luego, quien se dio el primer baño dorado fue el propio Chuck, lo apodaban Míster 10 por ciento porque esa era su cuota en cada negocio, y la Copa Oro resultó una auténtica mina que le dejaba millones en cada edición. Todos ganaban, pero nadie tanto como él.
Blazer nunca tuvo empacho en admitir que la selección mexicana es el plantel más redituable del certamen por la enorme afición radicada en Estados Unidos y siempre fue el principal animador, incluso por delante del equipo local... Hoy la incógnita es ver cuánta paciencia tendrá el público en la fase de grupos después del revés ante Estados Unidos y el feo juego frente a Panamá. No es casual que al Tri le asignen los estadios de mayor capacidad, aunque la gente está demostrando ser exigente y conocedora.
Mientras en Europa se define el destino del mejor jugador del tricolor, Hirving Chucky Lozano, así como el de Orbelín Pineda, el torneo Apertura 2023 empezará más gris y desairado que nunca con una especie de pretem-porada para dar paso a la Leagues Cup… No hay fichajes bomba y ahora sí, Jesús Chuy Corona cerró su ciclo de 14 años con La Máquina, mientras André Jardine toma las riendas del América sin mayores expectativas... Los Pumas otra vez dan vida a la ilusión de sus fans con la contratación de Gabriel Fernández.