Teorema de tiempo
U
na vida filmada en coautoría
. La fórmula es exacta. Anita Schlittler y Arnoldo Kaiser, abuelos de origen suizo del realizador mexicano Andrés Kaiser, en efecto, se dedicaron durante largo tiempo a capturar en videos caseros sus momentos de esparcimiento familiar y sus viajes al extranjero, a dejar registro de sus propias inquietudes artísticas y a imaginar ficciones fantasiosas para afianzar, por ejemplo, los sueños de uno de sus hijos que deseaba ser piloto de avión. Arnoldo, en especial, se libró a divertidos juegos histriónicos, distorsionando de paso su voz en videos y autorretratos que llegaron a presentarlo en un montaje como director de una banda musical llamada Kaiser, fruto de su imaginación y contrapunto lúdico a su trabajo de administrador de una imprenta afincada en San Luis Potosí. Anita, su esposa, cómplice en la cámara, eligió en cambio una posición menos protagónica, más contemplativa: desde su ventana se dedicó a registrar la actividad fuera del recinto doméstico, la naturaleza concentrada en los jardines de la residencia familiar, el infatigable buen humor del marido, las diversas faenas laborales, el paso del tiempo. Tal vez sea ella la cronista mayor y la más secreta en esta cautivadora historia que relata Teorema de tiempo (2022), segundo largometraje documental de Andrés Kaiser.
La ambiciosa recuperación de la memoria familiar que acomete el cineasta, recopilando a lo largo de 10 años miles de fotografías y videos amateurs para construir su documental, consigue difuminar con astucia la línea divisoria entre una verdad, a menudo inverificable en lo realmente sucedido y el amplio margen de fantasía que abrieron sus abuelos al manipular las imágenes filmadas y sugerir con ello una ilusión de libertad. Juntos improvisaron así un formidable juego escénico con el fin de reinventar sus propias vidas y en parte las de sus seres cercanos. Todo cabía en el proyecto: las vocaciones artísticas suspendidas o inventadas, los sueños de una armonía familiar perfecta, las dificultades de aclimatación en la tierra del exilio y también los goces perdurables. Todo ha quedado hoy sugerido y venturosamente condensado en el trabajo de reinterpretación de esa memoria que realiza Andrés Kaiser. Incluso, el episodio más dramático de la película, el diagnóstico del severo desarreglo mental que cambia por completo la existencia crepuscular de Arnoldo, cobra una dimensión singular en el contexto de esta laboriosa fabulación de una realidad doméstica.
Teorema de tiempo inaugura hoy el 42 Foro Internacional de la Cineteca Nacional en la sala 7 a las 16 y 20:30 horas.