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Es emocionante ganar sitios dominados por hombres, afirman Musas Sonideras

Invitan a baile en el Salón Los Ángeles // Lo que nos negó el barrio nos lo dio el ámbito cultural, señala Marisol Mendoza

 
Periódico La Jornada
Viernes 14 de julio de 2023, p. a11

En la cultura sonidera, movimiento que está a punto de ser declarado patrimonio cultural inmaterial de la Ciudad de México, se da otro caso en el que las mujeres conquistan espacios llenos de sabor y alegría.

Es decir, las sonideras también saben armar el tíbiri chingón, como el de mañana en el Salón Los Ángeles, donde se reunirán 33 de ellas para hacer bailar a la gente con salsa, guaracha y mucha cumbia.

Las sonideras, hay que decirlo, se han topado con algo común en nuestra sociedad, el machismo; pero para ellas, ha sido emocionante ganar lugares dominados por hombres.

En un inicio, “era feo, bueno, lo sigue siendo, pero antes nos chiflaban, nos decían ‘tocan refeo, váyanse a su casa a atender a sus hijos y a su marido, a lavar la ropa’. Nos dedicaban canciones” (medio machistas), pero hoy, lo que nos negó el barrio nos lo dio el ámbito cultural, comparte a La Jornada Marisol Mendoza, voz de unas 80 mujeres –de la Ciudad de México, varios estados de la República, incluso de Estados Unidos– que conforman la colectiva Musas Sonideras, que celebra su sexto aniversario con la tocada mencionada.

Ella es parte de una familia sonidera. Su papá, Ricardo Mendoza García, es fundador de Sonido Duende; sus hermanos, Ricardo y Enrique, siguen la tradición como sonideros; incluso su mamá, quien llegó a poner música y cocinar al mismo tiempo, es conocida como Mamá Duende, la Jefa Sonidera; su hija es la Princesa Duende, que desea tocar y terminar una carrera de ingeniería en sonido. La familia también se dedica al comercio, en el que las rolas no faltan.

En su casa, recuerda, más que muebles, abundaban los bafles, bocinas de trompeta y cables, así como una colección de unos 10 mil acetatos. Alrededor de los nueve años supo de la existencia de dos sonideras: Guadalupe Tlacomulco Lupita la Cigarrita y Jaqueline Aragón (Sonido La Dama), que la impresionaron. Sabía de ellas porque su papá estaba en dos organizaciones de las que también ellas eran integrantes: La Fraternidad de los Sonidos en México y Sonideros Guerreros Unidos de México. Tras otros años, fueron surgiendo más sound systems comandados por mujeres, como Sonido La Morena y Sonido La Canela (en Estados Unidos) y el ícono Guadalupe Reyes Salazar La Socia, una de las primeras del país.

Fue hasta 2017, tras ser parte de la iniciativa cultural para reconocer la potencia social de este movimiento llamada El Proyecto Sonidero (promovido por Mariana Delgado), fue que se ideó la creación de la colectiva Sonideras de Corazón, cuyo primer paso fue organizar una tocada con puras sonideras. Antes habían organizado un juguetón, acto para recolectar juguetes (en La Merced), donde tocaron puras mujeres como Sonido Gatubela, Sonido La Morena, Sonido La Dama, Ely Fania y Sonido La Seducción.

Pero luego, tras querer amar su primera fiesta formal encontraron su primera barrera, cuenta.

La historia es que hallaron un salón, cuyo nombre no menciona Marisol Mendoza. Con sus recursos, le hicieron promoción. Pero el día de la presentación, el lugar estaba cerrado, no había nadie que las recibiera y, obvio, nada de equipo. Como en cada tocada, en un inicio, había poca audiencia esperando la apertura; sin embargo, ellas, unas 15, terminaron como magdalenas (llorando de decepción).

El dueño del salón nos bloqueó por ser mujeres, se sincera. Días después, tras saberse del suceso, el que entonces era gerente del salón Candela que conocía a Marisol, debido al ruido mediático, la llamó y pidió que le pusiera nombre y justificación a su organización. Así nació la colectiva Musas Sonideras, que se presentó por primera vez con esa denominación el 17 de julio de 2017 en el mencionado sitio, armando fiestón. En ese recinto soltaron su rolón durante dos años.

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▲ Poco a poco lograron estar en el corazón de la gente, señala Mendoza, voz de unas 80 mujeres que forman el colectivo.Foto cortesía de César Martínez

Un nicho durante dos años

En el Candela, asegura la sonidera, tuvimos un lugar seguro, con luz, equipo, baños limpios, una estación de Metro a media cuadra. Ese señor fue su hado padrino. Ese salón fue por dos años su nicho. Ahora, han estado en festivales como el Cervantino, el de Primavera y el Bahidorá. También en inauguraciones de centros culturales.

Mendoza estima que existen unas 700 mujeres que se dedican a esto, en México y también en Estados Unidos. Aunque sean el uno por ciento de todo el gremio, poco a poco fuimos ganando lugar en el corazón de la gente.

Reconoce que ha sido un sube y baja, pero nadie les quita la emoción de ganar espacios y también, dinero, porque al inicio era nulo. Puras invitaciones... ahora sí ya hay contratos., aunque la cantidad sigue siendo menor que la de los hombres. Cuando menos hay para los cables o el regreso en taxi a nuestras casas luego de la tocada.

Destaca la satisfacción de sortear temas como el de la maternidad. Escuchar de compañeras las frases de hoy descansa mi esposo o no tengo con quién dejar a mis hijos para ir a tocar, las cuales al final se resuelven. Y también el aguantar: “Había ingenieros –aún hay– que nos critican y dicen: ‘ellas no tienen equipo, nada más son locutoras’. Había lugares en los que para tocar, nos hacían exámenes; es decir, planteaban preguntas como ¿cuántas orquestas conoces?, ¿cuántas marcas de audio hay? Preguntas para descalificarnos. Nosotras a veces nos la creíamos que nos tenían que acreditar los sonideros o ‘en el barrio no tocas; cómo te voy a prestar mi equipo o mi cabina’. Han existido personas mal plan como ingenieros que casi se acuestan arriba de sus consolas para que no las toquemos”.

Asegura que para hacerla en este ambiente, primero tuvimos que creer en nosotras y salir a hacer bailar a la gente.

Como en el barrio nos dejaron pocas opciones, llegamos a lo cultural: a las intituciones y academias y estoy feliz de su respuesta. Las musas hemos llegado gracias a que no nos dieron otra opción, ya sabes.

Buscar y encontrar no ha sido fácil, pero Musas Sonideras abraza ahora a unas 80 mujeres, la mitad de éstas de varias entidades del país.

“Somos menos del uno por ciento de la comunidad sonidera, pero estamos conociendo a otras mujeres que están dentro de la música, como ingenieras, iluminadoras, diyéis. Es bonito encotrarnos en el camino y arroparnos, porque a todas nos costó mucho. Agradezco a las pioneras que antes mencioné, porque desde hace unos 25 años aguantaron todo y jalaron a sus hijos; algunas se tuvieron que divorciar para ejercer este oficio que va de generación en generación. Gracias a su permanencia, hoy estaremos festejando seis años de cumbia. Nos vamos a juntar 33 en el Salón Los Ángeles.

Considera que la cultura sonidera tendrá que ser patrimonio de la Ciudad de México porque todo lo humano es cultura y éste es un oficio generacional que no debe morir, que debemos valorar para que no muera. Muchos oficios se han perdido porque nos avergonzamos de ellos. De tu pasión puedes hacer una profesión y pienso que todo lo humano es cultura y, nosotros, sonideros y sonideras, somos humanos y somos cultura.

Musas Sonideras invita a raspar el piso del Salón Los Ángeles mañana desde 14 hasta las 23 horas.