a Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD) es una peculiar agrupación de profesionistas del derecho muy distinta a las tradicionales barras o colegios de abogados; está formada por especialistas en derecho laboral y sus integrantes, en un alto porcentaje, se ocupan de representar en los litigios a la parte trabajadora; estamos afiliados a la asociación especialistas en otras materias, por supuesto, pero somos minoría. Lo que distingue a la ANAD de otros colegios de juristas es su ideología de avanzada, el reconocimiento de la necesidad de una reforma judicial a fondo y que en sus filas hay camaradería y trato igualitario; nada de aristocracias.
Característica a la ANAD, que no se ocupa solamente de eventos académicos o de reuniones sociales, es una asociación con un claro compromiso social y, se le reconoce por su participación en la defensa de causas populares y de justicia social; es su tradición y se distingue en que la mayoría, o quizá todos, simpatizamos con la 4T.
Es el enfoque que le dio su fundador, el maestro universitario y brillante abogado Emilio Krieger Vázquez, quien reunió en 1991 a un grupo de ex alumnos y de compañeros quienes dieron vida a la aguerrida agrupación.
Desde entonces, vale afirmar que la asociación ha estado presente en todas las luchas políticas y sociales de avanzada, con una visión transparente que la coloca en la vanguardia de la lucha al lado de los pobres, los oprimidos y los explotados. Se trata de una comunidad comprometida, como en otros campos de la actividad social lo han sido la Cooperativa Pascual, la Agrupación Benita Galeana o el Buzón Ciudadano.
En la ANAD hay equidad de género, militan muchas profesionistas del derecho en sus filas; para ilustrar lo que digo, basta recordar que entre los 15 o 16 presidentes que ha tenido desde su fundación, destacan la actual consejera jurídica de la Presidencia, Estela Ríos González, la primera fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, la distinguida laborista María Luisa Campos Aragón y la defensora de derechos humanos Karla Michel Salas. Actualmente quien preside es también una mujer, la maestra Bertha Galeana Cisneros.
Cuando con gallardía y tino la ANAD ha participado en la vida social del país, siempre lo ha hecho en causas que son las del pueblo, siempre en defensa de la parte débil y también en favor de que prevalezca en México el estado de derecho, el respeto a la Constitución y, muy importante, entre sus objetivos está el destierro de la corrupción; en esto último, podemos decir que la ANAD, ha sido precursora de los principios de humanismo mexicano que enarbola el amplio movimiento de apoyo al gobierno actual.
Del fundador Emilio Krieger (=) hay que recordar que fue defensor del ingeniero Heberto Castillo y que no sólo fue su abogado en las causas penales que le iniciaron a raíz del movimiento de 1968, sino que, con gran valor civil, le brindó su legendaria casa de Coyoacán, para preservarlo de la persecución feroz emprendida en su contra. Al ingeniero lo buscaron aquí y afuera, nunca pensaron que vivía protegido en casa del ilustre jurisconsulto.
Krieger como maestro fue brillante y generoso con sus alumnos; no sólo impartió su cátedra de derecho constitucional en la UNAM, también escribió artículos y dictó conferencias; a su casa llegaban constantemente estudiantes, a quienes facilitaba libros, explicaciones de temas difíciles y con los que nunca escatimó una charla cordial y amistosa. Fue también quien tuvo el valor y la autoridad moral para denunciar a Carlos Salinas de Gortari por traición a la patria.
La ANAD por su parte en sus más de 20 años de existencia, no sólo se ha concretado al estudio y divulgación del derecho, ha estado presente en innumerables luchas de carácter social. La asociación, fue asesora en materia legal del movimiento indígena de Chiapas que generó al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. También apareció como grupo asesor jurídico, con maestros, petroleros y mineros. Miembros de la agrupación lograron en Costa Rica que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, revisara el caso de la muerte de Digna Ochoa, para darle un enfoque de perspectiva de género.
Todas estas remembranzas, que ahora comparto con mis lectores, volvieron a mi memoria porque fui invitado y orador en la celebración organizada por la ANAD con motivo de un aniversario más de su fundación y para celebrar el Día del Abogado; esto fue hace unos días, a pesar del trabajo a mi cargo, acudí a la invitación para convivir con el colectivo; me dio gusto de saludarlos y alentarlos, para que continúen en la defensa de las causas justas, el debido proceso legal y, por ahí de paso, de la soberanía nacional; mi gran satisfacción fue que al lado de los veteranos encontré a muchos jóvenes que se inician en la profesión del derecho, a la que Chesterton colocaba entre las más duras de ejercer al lado de campesinos, herreros y militares.