El juego de inflar y desinflar globos
ace poco más de un mes, cuando en una cita sin sentido –para muchos de los convocados– se reunieron los líderes de los partidos de oposición, la señora Lily Téllez encaró a Xóchitl Gálvez: Te van a desinflar como me hicieron a mí
, sentenció, sabedora de las jugarretas de Claudio X.
El encuentro, que escucharon algunos de los convocados, dio en el centro de los planes y proyectos de la alianza opositora, que en ese momento ya tenía apalabrada a la señora Gálvez (de aquí en adelante señora X).
Téllez tenía los datos bien amarrados, sabía, por ejemplo, que la señora X se resistió a abandonar su plan original: la Ciudad de México, para lo que, según platicaba, había recibido los apoyos de una buena parte del panismo.
Alguien más la convenció. Téllez le dijo en aquella reunión que los mismos que te traen a ti me trajeron a mí y luego me desinflaron. No te confíes, sólo te usan. Es muy posible que las palabras no sean exactas, por eso no se entrecomillan, pero el relato proviene de una fuente ciento por ciento segura.
La boquifloja senadora X, esa vez guardó silencio, seguramente porque sabía que el reclamo de Téllez –advertencia– era totalmente cierto: la habían convencido y se lanzaría por la Presidencia de la República.
Ya sin tapujos, se sabe que quien traía a Lily Téllez era Claudio X, él y su grupo alentaron su postulación, que después tuvo que abortar por falta de apoyos de quienes no compartían la propuesta.
Por su parte, la señora X había creado una mentira que se ha ido desmoronando poco a poco. La hidalguense presumía el respaldo del presidente de Femsa, José Antonio Fernández, uno de los más importantes empresarios del país, pero ese soporte, nos aseguran, es absolutamente falso.
El asunto es que la derecha, hasta aquellos momentos, estaba segura de que este país era el mismo de hace 23 años y que igual que se votó por Fox se votaría por la señora X, aunque ahí mismo, en la derecha, ya había quienes explicaban que la teoría estaba muy alejada de la realidad y que serían pocos los que se lanzarían a dar apoyo a la señora X.
Hoy, que en las filas de la oposición se tiene en claro que los números de la senadora X ya no crecen y que los resortes mediáticos no sirvieron para darle tamaño, no ven a nadie en el horizonte político, de sus ideas, que les ofrezca las dimensiones requeridas para la contienda. Total, en breve se verá cómo la precandidata irá descendiendo sin remedio y sin apoyos.
Así las cosas, quien al final podría quedarse con la nominación es Santiago Creel, quien desde ya sería un candidato débil, con muy pocas oportunidades, por no decir nulas, de triunfar.
El asunto es que durante mucho tiempo el frente opositor no pudo crear una opción a la oferta de la 4T y hoy parece muy cuesta arriba establecer una plataforma opcional creíble.
La única propuesta seria por parte de esos organismos –los de la alianza opositora– es volver al neoliberalismo, y si bien es cierto que no lo hacen explícitamente, nunca han renunciado a él, ¿o será que nos den la sorpresa y en su plataforma renuncien y rechacen al neoliberalismo para dar paso a algo nuevo que aún no tienen? Ya veremos.
De pasadita
No queda mucho por hacer en el Issste; además de todas las corruptelas que con decisión e idea se pueden ir extirpando en bien de los derechohabientes, lo que hasta ahora es imposible arrancar es la mentalidad de quienes dicen servir.
Y si no nos creen, sólo habría que preguntar a la dirección médica del instituto de salud sobre la mentalidad de servicio que se les perdió por algún lado. Ya es hora de ponerle fin a ese problema y cambiar todo, pero todo y hasta el fondo.