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Insta experto a comprender la visión indígena de ser migrante

Para un trabajador no existen fronteras, sino tierras lejanas, plantea

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▲ Gaspar Rivera-Salgado, director del Centro de Estudios de México dela Universidad de California, sostiene que el indígena no es migrante, sino trasnacional.Foto La Jornada
Corresponsales
Periódico La Jornada
Lunes 31 de julio de 2023, p. 4

Nueva York y Washington., En mixteco no hay una palabra para migrante, sólo se les llama los que andan por tierras lejanas, ya que esa condición no implica que te vas, sino que la movilidad es parte de la vida y no abandonas tu lugar, sino que redefines tu mundo, explica a La Jornada el profesor Gaspar Rivera-Salgado.

“Si uno le pregunta a un oaxaqueño de la Mixteca: ‘Oiga, ¿cómo se dice migrante en mixteco?’, como no usan esa palabra, entonces lo traduce. ‘En mixteco, migrante se dice na syika nda’vi, (los que andan por tierras lejanas)’”, comenta Rivera-Salgado, director del Centro de Estudios de México dela Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), estratega social trasnacional y experto en el mundo migrante de los indígenas.

“En mi pueblo, para poner un ejemplo, como en gran parte de la Mixteca oaxaqueña, desde siempre hubo movilidad, en toda la historia se han ido y regresado. Estaba la gente que se especializaba en el comercio de cabras, entonces, tenían que comprar chivos en la costa, traerlos a la Mixteca, los engordaban y luego los llevaban a Tehuacán, Puebla, a venderlos a los mataderos grandes…. Son viajes de meses. De esta manera, la noción de movilidad, de buscarte sustento en donde no es tu casa y explorar tierras lejanas ya está ahí”, señala.

Recuerda que una persona puede ir a Veracruz o a Culiacán, a San Quintín, a la Ciudad de México, también a Texas y California y más del lado estadunidense, para trabajar en diversos sectores y cultivos.

El lazo con la comunidad

“Simplemente estás andando por tierras lejanas. Es parte de la vida, de buscarte la sobrevivencia. Pero eso no quiere decir que te vas, sino que estás redefiniendo tu relación con los que se quedan. Ahora, en ese sentido, es profunda esta idea, porque dices: ‘Bueno, si tú estás trabajando y tú eres de la Mixteca y estás trabajando en otro lugar, ¿cuál es tu relación?’ No social o simbólica, sino tu relación cívica, política con tu comunidad. Es decir, ¿qué obligaciones, qué responsabilidades y qué derechos tienes con esa comunidad? Ese es uno de los secretos cuando le preguntas a un migrante ‘¿Y tú, de dónde eres?’, no te va responder que de México, sino de tal pueblo y región.

Y eso es clave, porque ya hay una relación con esta comunidad que les da sentido de pertenencia y también de identidad. O sea, tu comunidad te da dos arraigos, ¿no? Es cómo perteneces, a pesar de que hay fronteras, pero también eres parte de un grupo y eso es lo que se adapta y se cambia. No es que esté congelado en el tiempo, pero, por ejemplo, puedes aprender inglés, ser aficionado a un equipo de futbol en otro hemisferio o puedes hacerte ciudadano estadunidense, pero la relación profunda con tu comunidad de origen permanece.

El académico subraya que este fenómeno es muy parecido a la experiencia de los italianos o los judíos europeos, entre otros.

“Para los indígenas hay un aspecto diferente: cuando sucede la conquista y se forma la colonia, las comunidades originarias reorganizan su estructura social. Parte del secreto de la conquista era crear la ‘República de Indios’ como una entidad aparte, pero debajo del virreinato. En el momento dorado de la conquista hubo dos sistemas jurídicos y políticos.”

Prevalecen los usos y costumbres

Rivera-Salgado detalla las cofradías y formas de organización local que sostienen la comunidad y el pueblo mientras, de cierta manera, coexisten dos autoridades: el gobierno colonial y la autoridad autóctona.

“Es la belleza de estar aislado, de estar en los márgenes, porque te permite organizarte fuera del poder opresivo.

De ahí surge lo que se llama el sistema de usos y costumbres. En sus inicios, existe dentro, pero a la vez aparte, del poder del imperio, y de ahí se establece un modelo de gobernar en el que el cargo es el trabajo voluntario gratuito que se llama tequio, en el que todos tienen la obligación de participar, explica.

Y sigue vigente. Es la parte de derechos y obligaciones, por ello todos en estas comunidades crecen y se educan dentro de ese esquema.

El catedrático explica que en Oaxaca hay 570 municipios y que la mayoría de ellos, casi 500, eligen a sus representantes por usos y costumbres. “Eso es un hecho actual y ahí se cambió la Constitución Política del estado… es un derecho reconocido en la Constitución: las colonias indígenas en Oaxaca se rigen por usos y costumbres.

“Eso se traslada aquí a Estados Unidos, indica, y tiene todo tipo de implicaciones: “¿Cómo defines a la comunidad? ¿Quién pertenece? Entonces, muchas comunidades han decidido que las personas en movilidad que han estado aquí permanentemente son parte de la familia, con todos sus derechos y todas sus responsabilidades. Si le preguntas a cualquier compañero: ‘Oye, ¿ya hiciste tu cargo? –Sí, me dieron chance de hacer mi cargo acá...’ En estas comunidades pequeñas, rurales, no hay escapatoria, no puede ser anónimo, no puedes decir ‘no’ y nadie se da cuenta… Aquí perteneces a la comunidad, pero esa pertenencia viene con consecuencias, eso es el factor interesante y complejo de que, bueno, ¿qué haces con esto (la visión indígena de ser migrante)?”.

Pero más allá de los oaxaqueños, hay otras realidades entre los migrantes mexicanos, muchos procedentes de donde no hay una tradición parecida a la de ese origen. ¿Qué pasa con los guerrerenses que están saliendo de la Mixteca guerrerense huyendo del narcotráfico? ¿Y, con los purépechas que han estado saliendo de Michoacán? Y bueno, ¿dónde está el pueblo grande de México? ¿Qué hay ahí? O sea, uno levanta una piedra y encuentra poblaciones, colectivos originarios en todo el centro de México. ¿Cómo se están portando ellos? Yo creo que ahí nos hace falta explorar mucho. Hay una variedad de experiencias de cómo adaptarse. Lo más importante es la adaptación al proceso migratorio.

Nada de pobres paisanos

“No son víctimas, no hay eso de ‘pobrecito de mí, ¿qué voy a hacer?’ Son parte de una comunidad trasnacional… pero no todo es universal para todos. Aún los indocumentados”, enfatiza Rivera-Salgado.

Tienen cierta agencia política, tienen cierto poder para accionar. Limitado, no ideal, pero rechaza esa perspectiva que suele existir desde México de que todo se reduce a pobres de nuestros paisanos indocumentados, ante el maltrato que les da alguien como (el gobernador de Florida Ron) DeSantis, “los vamos a defender.

No se puede reducir su existencia a eso, sino entender que esa es la idea principal, de que tienen acción, ven el mundo de manera diferente. Creo que se tiene que capturar eso en México, comentó a manera de conclusión.

(Documental sobre el éxodo indígena a Estados Unidos con Gaspar Rivera-Salgado y dirigido por Ricardo Palavecino: Na Syika Nda’vi Los que andan por tierras lejanas]. https://www.youtube.com/watch?v=uHfuZfKCAuk].

Salgado-Rivera sobre los migrantes mexicanos como protagonistas del cambio binacional (https://www.jornada.com.mx/2023/06/13/mundo/025n1mun)