l despliegue de la ciencia y la tecnología con fines violentos, animados por el odio y el oportunismo político, cuenta con una historia de horrores bien conocidos. Recuérdese el papel de médicos, ingenieros y técnicos en desarrollar herramientas efectivas
para el asesinato masivo de millones de personas durante el Holocausto. Cuando los soviéticos entraron en Auschwitz-Birkenau hallaron registros sobre la administración de venenos, la esterilización masiva de personas y la construcción de crematorios, incluyendo información precisa sobre los costos; así como cálculos casi taylorianos de eficacia: cuántos cadáveres podía incinerar cada horno en un solo día. Era un asunto de eficiencia.
La llamada solución final a la cuestión judía
( Endlösung der Judenfrage) fue un plan para eliminar la población judía de Europa, dentro de una racionalidad técnica desplegada con fines genocidas y sustentada por criterios de eficiencia y cálculos económicos. Mencionar esta lógica frente a las tecnologías antinmigrantes desplegadas por los EU en la frontera no es en absoluto exagerado, cuando consideramos las nuevas barreras flotantes desplegadas a lo largo de Eagle Pass, estado de Texas.
Allí se van sumando los cuerpos, víctimas de ahogamientos y laceraciones, junto a las inmensas boyas flotantes que, provistas de sierras circulares y alambres de hojilla a medio sumergir, constituyen una eficiente barrera
contra la inmigración ilegal
, alegan sus promotores políticos y los técnicos negociantes que las comercializan. Esta descarnada racionalidad técnica y su pragmatismo criminal ignoran, tal vez, que entre los cuerpos recuperados más recientemente, cerca de Eagle Pass, está el de un niño hondureño. ¿Qué decir de esta eficiencia cuando a comienzos de agosto las autoridades mexicanas recuperaron otro cuerpo ensartado en las boyas de la barrera flotante?
Las inmensas boyas que flotan en el río Grande (las autoridades mexicanas critican que están del lado mexicano) fueron instaladas por orden del gobernador republicano Greg Abbott, para evitar que los migrantes alcancen el terraplén norte del río Grande, en la frontera entre México y EU. Como si fuera poco, Abbott también ordenó la instalación de alambre de hojillas de varios metros de altura en las orillas del río. En este esfuerzo tan sistemático como criminal, han hecho desaparecer también los bidones de agua potable instalados por voluntarios que intentaban evitar la muerte por deshidratación de los inmigrantes ( Houston Chronicle, 14/8/23).
La barrera marina y terrestre es parte de un amplio y costoso plan de seguridad fronterizo, que sólo en Texas alcanza 5 mil millones de dólares y que, según Abbott, ya está teniendo un gran impacto en la desaceleración de los cruces ilegales. Más allá de Texas, el gobierno federal a otorgado contratos de más 55 mil millones de dólares a empresas privadas para la militarización de la frontera entre México y EU. La imagen de boyas, alambres de púas y luces que iluminan el río Bravo hacen recordar la frontera entre Alemania Oriental y Occidental en los momentos más álgidos de la guerra fría.
Buscando racionalizar estas inhumanas medidas, el ex jefe de la Patrulla Fronteriza (bajo Trump y Biden) Rodney Scott, hoy asesor independiente sobre asuntos fronterizos, declaró: Estamos analizando cómo salvar vidas, cómo evitar que las personas lleguen a esta situación en primer lugar
. En entrevista con la Texas Public Policy Foundation, agregó: Prevengamos el crimen en lugar de reaccionar después, y eso es lo que las barreras de boyas nos permitieron hacer
. Esta estrategia, conocida como prevención a través de la disuasión
, ha sido la política explícita del gobierno de EU desde la administración Clinton en la década de 1990. Clinton comenzó cerrando el acceso a rutas tradicionales, lo que obligaba a los inmigrantes a atravesar por zonas desérticas, donde gran número pereció. Se trata, a todas luces, de una opción política que está causando muertes innecesarias, mientras nutre las arcas de compañías de seguridad dedicadas a las supuestas soluciones de alta tecnología. Aspaviento político y jugoso negocio de consecuencias criminales.
De la misma forma en que el ex presidente Dwight Eisenhower alertó sobre la existencia de un complejo industrial, militar y político en los años 60, desde el fin de la guerra fría, es evidente que existe un nuevo complejo fronterizo industrial, militar y político, donde las grandes empresas armamentistas como Boeing, Ratheon, General Dynamics, Unisys e IBM, por mencionar algunas, se lucran creando un aparato represivo antinmigrantes. La puerta rotativa entre las empresas y el gobierno también se pone en evidencia al ver la cifra de comisionados de inmigración que, al dejar su cargo en el gobierno, pasan a trabajar para las corporaciones armamentistas.
La instalación de estas cercas flotantes y las barreras de alambre de hojilla ha provocado un aumento de las lesiones y ahogamientos. Asimismo, esta barrera fronteriza flotante viola el derecho internacional, aclaran expertos mexicanos y estadunidenses. Lo más sorprendente es que Abbott ha dicho abiertamente que Texas ignora los requisitos federales, al colocar estas estructuras a lo largo de las vías fluviales.
La firma fabricante de las barreras, Cochrane Global, declara su eficacia y su filosofía supuestamente altruista: [el] diseño innovador [las] hace significativamente más [seguras], tanto para los humanos como para la vida silvestre. En muchos sentidos, [las barreras flotantes] resumen una filosofía simple que sostiene Cochrane en todo el mundo: la disuasión salva vidas
(www.cochraneglobal.com). ¿Salvar vidas?, se preguntarán los familiares de las víctimas de ahogamiento que aparezcan ensartadas en estas descomunales estructuras del odio.
*http://www.luisdunogottberg.com/. Departamento de Literatura y Cultura Clásica y Moderna, Universidad de Rice
** @mtinkersalas. Estudios latinoamericanos, Pomona College