La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) requiere un proceso de cambio sustantivo, en el que se vale escuchar las opiniones de fuera sin que ello implique injerencia, porque la institución presenta un rezago profundo, debido a que hace más de 20 años sólo ha tenido transformaciones menores, aseveró el director de Evaluación Institucional de la universidad, Imanol Ordorika Sacristán.

Al presentar su proyecto para la Rectoría 2023-2027 y confirmar su aspiración para ocupar este cargo, exhortó a la Junta de Gobierno, al actual rector y a todas las autoridades universitarias a que respeten el proceso y las reglas de la propia Junta de Gobierno, que eviten que directores y autoridades obliguen a estudiantes y maestros a apoyar o no ciertas candidaturas y que no surjan represalias contra quienes participen en el proceso formal.

En el auditorio del Instituto de Investigaciones Económicas de Ciudad Universitaria, donde Ordorika Sacristán es titular C, apuntó que en la universidad hay derechas e izquierdas porque aquí se hace política, pero consideró que es necesario que la comunidad tenga mayor participación sobre lo que pasa en el país porque eso nos da fuerza frente a los gobiernos; la universidad ha estado ausente en temas relevantes a escala nacional.

El ex dirigente del Consejo Estudiantil Universitario en la UNAM, criticó que la actual administración, a cargo del rector Enrique Graue Wiechers, defiende la autonomía en la que sólo busca que no se toque el estatus quo, sin pensar en lo que quiere la comunidad universitaria.

Proponemos un cambio responsable fundado en un conocimiento profundo de la universidad. En la experiencia propia y propuestas específicas porque no son ocurrencias, no estamos tratando de capturar la universidad para nadie, subrayó en su defensa a voces que lo que critican por su vínculo con una corcholata de Morena.

Al responder sobre cómo recuperar el auditorio Justo Sierra, mejor conocido como Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras, Ordorika Sacristán respondió que se requiere convocar a un proceso de expresión multitudinaria. Llamar a una gran concentración y hablarle a los universitarios para ir por el auditorio con el rector a la cabeza. No es una salida policiaca ni de fuerza.

Resumió siete puntos en los que centra su proyecto de trabajo para cambiar a fondo la universidad, empezando por poner al centro a los estudiantes, pues considera que se les ha abandonado. Basta con ver la diferencia de infraestructura entre los institutos y las facultades para darse cuenta que no están “al centro de la vida universitaria.

Hay una desconexión en la formación académica y no podemos lograr que haya entusiasmo entre los alumnos. Requieren apoyo y servicios, como transporte, apoyo para vivienda, seguridad, becas bien organizadas, porque son un desastre, reprochó.

Ante integrantes de la comunidad unamita, se refirió al tema de violencia de género que ocurre en nuestras aulas todos los días, porque hay actos de hostigamiento y de acoso que se denuncian, pero las acciones son encubiertas y no se logra transformar a la universidad. Las jóvenes que han hecho paros han logrado avances, pero se necesita romper ese pacto patriarcal.

Al término de las dos horas y media de su exposición, escuchar comentarios y responder inquietudes de la audiencia, comentó que se registrará en unos días y propuso, a quienes se registren en este proceso, organizar un debate para que discutan sus respectivas propuestas sin polarizar y sin descalificar.