Domingo 3 de septiembre de 2023, p. 19
Tel Aviv., Cientos de partidarios y opositores del gobierno eritreo se enfrentaron entre sí, mientras la policía israelí intentaba dispersarlos, lo que dejó al menos 150 heridos, 15 de gravedad, en una de las luchas callejeras más violentas entre solicitantes de asilo y migrantes africanos en los últimos años en Tel Aviv.
Integrantes de ambos bandos se golpearon con maderas de construcción, trozos de metal, piedras y al menos un hacha, arrasando un barrio del sur de Tel Aviv donde viven unos 25 mil 500 solicitantes de asilo, según Assaf, organización de ayuda a refugiados.
Rompieron escaparates y atacaron patrullas de policía, dejando salpicaduras de sangre en las aceras. En un parque infantil, un partidario del gobierno yacía en un charco de sangre.
Con equipo antidisturbios, los agentes dispararon gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y munición real y los de a caballo intentaban controlar a los manifestantes, que rompieron barricadas y lanzaron piedras contra los oficiales. La policía informó que sus elementos recurrieron a las municiones de guerra cuando sintieron que sus vidas corrían peligro.
Funcionarios médicos israelíes dijeron que más de 114 personas fueron tratadas por lesiones, entre ellas unos 30 agentes de policía y tres manifestantes alcanzados por disparos policiales. Además, autoridades confirmaron 39 detenidos.
La violencia estalló en torno a un acto organizado por la embajada de Eritrea con motivo del Día de la Revolución, el 1° de septiembre, que conmemora el inicio de la guerra de independencia contra Etiopía, en 1961.
Isaías Afewerki gobierna Eritrea desde la consumación de esta lucha, en 1993. Grupos de derechos humanos han condenado su gobierno por ser muy represivo, y el país está sometido a sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea por presuntos abusos.
Esa nación africana tiene uno de los peores historiales de derechos humanos del mundo.
Los solicitantes de asilo en Israel afirman que temen morir si regresan. La policía declaró que partidarios y detractores del gobierno eritreo recibieron permiso para celebrar actos separados y habían prometido mantenerse alejados entre sí. En algún momento, las promesas se incumplieron, dijo el comandante Chaim Bublil.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que convocaría una reunión hoy para estudiar medidas contra quienes participaron en las peleas, incluidas deportaciones. Un comunicado de su oficina se refirió a ellos como infiltrados ilegales
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