ste lunes es oficialmente el Día del Trabajo en Estados Unidos (primer lunes de septiembre) –aquí no se festeja el 1º de Mayo como en el resto del mundo– y este año será diferente: por primera vez en décadas hay señales de un resurgimiento del movimiento laboral estadunidense, hasta las viejas canciones legendarias de las luchas obreras se escuchan de nuevo.

Consignas y canciones brotan otra vez en voces de nuevas generaciones que las entonan en cientos de cafés recién sindicalizados de Starbucks, en almacenes de Amazon, como en coros, junto con trabajadores veteranos sindicalizados en luchas y huelgas en los sectores de paquetería, en líneas aéreas comerciales (pilotos y sobrecargos), en las calles de las estrellas de Hollywood y Nueva York, en escuelas y universidades, en hospitales, hoteles y hasta en una de las cunas del movimiento sindical industrial moderno: las fábricas de automóviles.

“No ha existido un momento en la historia moderna más urgente que ahora para que los trabajadores se unan y junten fuerzas en solidaridad… Nunca antes en la historia humana ha habido tanta desigualdad en ingreso y riqueza… En este país, tres personas tienen más riqueza que la mitad de abajo de la sociedad… mientras la clase multimillonaria y el 1 por ciento están mejor que en cualquier momento de la historia estadunidense, más de 60 por ciento de los estadunidenses viven de quincena en quincena, muchos trabajan por salarios de hambre y bajo condiciones de trabajo terribles… el trabajador estadunidense promedio está ganando menos hoy que hace 50 años en términos reales”, declaró en un discurso reciente el senador Bernie Sanders, la voz política progresista más influyente y solidaria con los trabajadores del país.

Ante ello, subrayó que hay “muy buenas noticias… en Estados Unidos… hoy día estamos viendo a trabajadores levantarse y luchar de una manera que no hemos visto en décadas”.

Después de la imposición del modelo neoliberal empezando con el gobierno de Ronald Reagan, el cual empezó destruyendo un sindicato y dando luz verde a las empresas a librar una ofensiva brutal contra las organizaciones laborales durante más de cuatro décadas, se registra una nueva ola de acciones por sindicatos y otras organizaciones laborales durante los últimos tres años (para un conteo de huelgas y acciones: https://striketracker.ilr.cornell.edu/). El número de quejas de prácticas laborales injustas y solicitudes de representación sindical registradas ante la Junta Nacional de Relaciones de Trabajo, un indicador de efervescencia sindical, este año fiscal está llegando al segundo incremento porcentual más grande desde 1959.

A la vez, el nivel de aprobación pública de sindicatos ha llegado a sus niveles más altos en medio siglo con siete de cada 10 estadundienses expresando apoyo a sindicatos, según sondeos recientes, y aún más entre los jóvenes (un sondeo registró que 88 por ciento de personas menores de 30 años aprueban los sindicatos). Hasta Messi y su nuevo equipo están mostrando solidaridad al rehusar hospedarse en un hotel cuyas trabajadores están en huelga en Santa Mónica, California.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, recién presentó un informe documentando los beneficios socioeconómicos de los sindicatos para el país, incluyendo que éstos elevan los salarios de sus agremiados por entre 10 y 15 por ciento, otorgan beneficios de salud y jubilación y reducen la desigualdad de género y raza.

Así, cuando el movimiento sindical está en uno de sus momentos más debilitados de su historia –la tasa de sindicalización hoy día es de sólo 10 por ciento, cuando era más de tres veces eso hace medio siglo–, este Día del Trabajo se ve y se escucha un posible, y urgente, renacimiento del movimiento obrero estadunidense.

Smithsonian Folkways: una compilación de canciones históricas de lucha y solidaridad laboral de Estados Unidos: https://open.spotify.com/playlist/72kQZK1JaXIFJ3zZ5dOk54? go=1&sp_cid=c76b053bf1967c727b53994ae076bacc&utm_source= embed_player_p&utm_medium=desktop&nd=1