Madrid. Antes de que el árbitro pitara el inicio del partido entre las selecciones femeninas de España y Suecia, ambos equipos se juntaron en la mitad del campo, se mezclaron entre sí y se pusieron detrás de una pancarta con la que querían lanzar un mensaje al mundo: #SeAcabó. Nuestra lucha es la lucha global (en inglés).

El mensaje incluye precisamente el lema #Se acabó con el cual las jugadoras españolas se indignaron ante el beso forzado de Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), a Jennifer Hermoso, pero sobre todo ante la desigualdad estructural en el futbol de mujeres respecto del masculino, tanto en salarios, trato institucional como reconocimiento público.

No fue el único gesto simbólico. Las futbolistas levantaron el puño en la foto oficial para mostrar unos brazaletes con la misma leyenda y el número 10 en apoyo a Hermoso, quien no fue convocada en esta ocasión por la RFEF bajo el supuesto argumento de protegerla.

El respaldo también se presentó en otros escenarios. Las jugadoras de Inglaterra, Escocia, Italia, Suiza, Bélgica y Países Bajos también portaron los mismos brazaletes durante sus partidos correspondientes a la Liga de Naciones.

En Gotemburgo, España se impuso por 3-2 ante Suecia con tantos de Athenea del Castillo (37), Eva Navarro (77) y Mariona Caldentey (90+6, penal). Fue su primer partido después de ganar la Copa del Mun-do y desde que las jugadoras han estado sometidas a una espiral de presión mediática tras el escándalo de Rubiales, quien enfrenta cargos por agresión sexual y coacciones.

El resultado tiene una relevancia deportiva para La Roja, pero los actos anteriores y posteriores al partido tienen una trascendencia en un reclamo de las mujeres que ya es global: el de la igualdad.

Por fin hemos vuelto a jugar, es lo que todas queríamos. Han sido días difíciles para todos, sin dormir. Estábamos en una situación muy complicada, algunas querían venir, otras no. Al final, hemos demostrado ser un gran equipo. Los cambios que se están produciendo que continúen, dijo Athenea del Castillo después del duelo.

Antes, la RFEF hizo oficial el despido del director de integridad y vicesecretario general, Miguel García Caba, señalado por las jugadoras como responsable del informe que exculpaba a Rubiales del beso a Hermoso. La destitución se produce después de que la federación prescindiera también del secretario general, Andreu Camps.

Además, el Instituto de las Mujeres, dependiente del Ministerio de Igualdad, avisó a la federación que la exclusión de una trabajado-ra que denunció previamente una situación de acoso no es una prácti-ca amparada por la legislación española, ni coadyuva a crear las condiciones básicas para un diálogo igualitario. Es decir, que la decisión de la entrenadora, Montse Tomé, de no convocar a Hermoso para esta ronda de dos partidos podría ser ilegal y motivo de sanción administrativa.

Además, el juez Francisco de Jorge, de la Audiencia Nacional, citó a declarar como testigos a tres compañeras de Hermoso y a dos peritos de la RFEF.