Economía
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A Slim, el premio Enrique V. Iglesias

La mejor inversión es combatir la pobreza y el analfabetismo, expresó en su discurso en Madrid

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 26 de octubre de 2023, p. 27

Madrid. El empresario mexicano Carlos Slim Helú, fundador y presidente del Grupo Carso, sostiene que estamos en una nueva era de la civilización, en la que el principal objetivo es construir una sociedad mejor educada, con más formación y con más sensibilidad social. Tanto para empresarios, políticos como ciudadanos la mejor alternativa es combatir la pobreza, la ignorancia y el analfabetismo, señaló durante su discurso de recepción del prestigioso premio Enrique V. Iglesias, que otorga cada año el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI).

Slim viajó con parte de su familia –hijos y nietos– y estuvo acompañado por su actual pareja, Mercedes Sánchez Navarro, para recibir de manos del rey de España, Felipe VI, este reconocimiento, que en otras ediciones ha premiado la trayectoria de empresarios como Ana Patricia Botín, presidenta del Grupo Santander, o del fundador del Grupo Vips, Plácido Arango. El acto de entrega se celebró en el Palacio de la Zarzuela, la residencia oficial de los monarcas españoles, en el que Slim pronunció un breve discurso que posteriormente completó en la comida de celebración que le organizó la CEAPI en el Teatro Real de Madrid.

Núria Vilanova, presidenta de CEAPI, explicó que la elección de Slim fue unánime, porque su trayectoria es un ejemplo de compromiso, valor, esfuerzo, renuncias, proyecto, propósito, amor y familia. Un aliado incansable que trabaja por la unión de España y el resto de la región. Donde se reconoce su esfuerzo y es muy querido y admirado.

Slim ha incrementado notablemente su presencia empresarial en España en los últimos años: es el principal accionista de la constructora FCC, además de ser socio de referencia en Gas Natural, tener la mayor parte de la propiedad de la inmobiliaria Realia, además de participaciones en otro tipo de empresas, como su reciente desembarco en el Grupo Prisa, propietaria de una red de medios de comunicación, como el diario El País, la Cadena Ser, la XEW, Radio Caracol, el periódico Cinco Días y el diario As, entre otros.

Slim narró que su vocación empresarial viene de su cuño familiar, sobre todo de su padre, fundador y propietario de Estrellas Oriente, quien además le enseñó algunos de los pilares de su forma de entender el ejercicio como empresario, en la que es primordial el compromiso social. Incluso explicó que la pobreza, la marginación y la ignorancia fueron siempre problemas éticos y de justicia social, pero hoy son una necesidad económica por lo que la mejor inversión pública y privada es combatir a la pobreza e incorporar a la población marginada a la educación, salud y al empleo cada vez mejor remunerado.

También habló de una nueva era de la civilización, en la que hay códigos diferentes y retos novedosos e inéditos. Lo más notable de esta nueva civilización, y de esto estoy convencido, es de que reclama que la población esté educada, esté capacitada, que aprenda, que sepa y al mismo tiempo que trabaje. Es decir, recuperarla de la marginación, del autoconsumo y de la ignorancia con alfabetismo e incorporarla a la sociedad, de manera que se fortalezca el mercado interno y la economía. De alguna forma, la generosidad de esta nueva civilización es porque se sustenta en el bienestar de la población.

El empresario mexicano añadió que nuestra mejor alternativa es combatir la pobreza y el analfabetismo, ya sea desde el sector público o el privado, y a esas personas que están marginadas darles educación, empleo e incorporarlas al mercado y a la modernidad.

Slim expuso como modelo a seguir el que se ha puesto en marcha en China: El mejor ejemplo es China, que lleva desde la etapa de Deng Xiaoping, desde 1976 o 1978, creciendo de manera muy importante y a partir de este siglo han ido incorporando a 20 o 30 millones al año de chinos, que de vivir en zonas rurales y en el autoconsumo, ahora con educación, capacitación y empleo los han convertido en clases medias. Ningún país del mundo tiene una clase media de esa dimensión, que ronda 800 millones de personas.