En un encuentro inédito que se presenta como la preservación de la obra y un homenaje a Héctor Lavoe y Joe Arroyo, las agrupaciones de estos dos íconos del canto del Caribe se presentarán hoy en el Salón La Maraka.

La Lavoe Orchestra es una agrupación conformada por antiguos integrantes de la Fania que acompañaron al llamado cantante de los cantantes, cuando éste decidió dejar la sociedad con Willie Colón y emprender una carrera como solista. Al tomar tal determinación convocó a quienes consideró eran los mejores músicos para su proyecto. No tuvo que buscar mucho, a la mano tenía a los que formaban parte de la agrupación del Malo del Bronx y que éste permitió se fueran con su gran amigo mientras él se integraba a la producción musical en Fania Records.

En un principio la orquesta de Lavoe estaba integrada por José Mangual Jr, bongó; Milton Cardona, tumbadoras; Little Ray Romero, en los timbales; Reynaldo Jorge y José Rodríguez, trombones; Ray Maldonado y Héctor Bomberito Zarzuela, trompetas; Santi Choflomo, Eddie Guagua Rivera y Salvador Cuevas, alternándose en el bajo, y el profesorJoe Torres, al piano.

Eddie Montalvo, tumbadoras; Chino Núñez, timbales; Ray Martínez, contrabajo, y los pianista Gilberto Pulpo Colón y Arturo Ortiz, se integrarían en sustitución de los que por una u otra razón dejaron de participar en el proyecto.

Personaje carismático, con un talento musical fuera de serie, Héctor Lavoe protagonizó uno de los mejores y más importante momentos de la salsa neoyorquina de los años 70, dejando documentos musicales para la historia, como su álbum debut como solista, La voz, para el que Johnny Pacheco compuso Mi gente que aborda la relación empática con su público; De ti depende, en el que figura uno de sus grandes éxitos, escrito por Tite Curet Alonso, Periódico de ayer; Comedia, considerado por muchos su mejor trabajo discográfico, que alcanzó gran popularidad gracias al tema El cantante, compuesto por Rubén Blades, y Juanito Alimaña, un clásico en la línea de Pedro Navaja.

El tributo musical que la Lavoe Orchestra brinda al que aún considera su líder, tiene como protagonista al cantante venezolano Joseph Amado, quien posee un timbre de voz muy parecido al del salsero puertorriqueño, por lo que muchos lo llaman la voz gemela de Lavoe.

En torno a Joe Arroyo, a su muerte, tal como sucedió con el deceso de Lavoe, la orquesta que lo acompañó en vida, La Verdad, se desintegró ya que a sus miembros no les significaba nada seguir con la banda sin la figura principal. Un homenaje al salsero colombiano, promovido por Discos Fuentes, en el que participaron con viejos temas del Joe (como le llamaban familiarmente) detonó la idea de reagruparse y continuar con el legado del músico. Además, pensaron, sólo ellos podían recrear a cabalidad el sonido vallejo. Un estilo musical único en el Caribe que el sonero barranquillero inventó y que es el resultado de diversas influencias fundamentalmente de la salsa, combinada con música costeña colombiana, como la cumbia, el porro o el chandé, en conexión con la africana y diversos ritmos del Caribe tales como el kompa dirèk haitiano, la soca de Trinidad Tobago y el reggae jamaiquino, sonido que prendió en el Caribe entero y que en México se hizo muy popular con el movimiento sonidero, que lo mantiene a la fecha en su ámbito callejero.

Los cantos y soneos de Joe Arroyo con los arreglos de sus pianistas Chelito de Castro y Toñito Medina procuraron que ese estilo, que en su momento era incomprensible pero muy bailable, se estableciera como el más identitario de la salsa caribeña, y ayudara a borrar un poco esa discusión bizantina de que la salsa es solamente música cubana.

Entre las canciones más celebradas (y bailadas) de Arroyo con La Verdad destacan: La rebelión, En Barranquilla me quedo, Tumbatecho, Yamulemao, Pa’l bailador, Centurión de la noche, Manyoma, La noche, La guarapera, La rumbera, El trato, Con gusto y ganas y Mary, que La Verdad recreará esta noche en La Maraka en la voz de Roger Castillo, heredero de la fórmula Joesón.

La invitación queda hecha.