La Compañía Nacional de Teatro (CNT) estrenará una versión de la obra Tío Vania, una de las piezas más representativas del escritor ruso Antón Chéjov, interpretación que, con dramaturgia de Luis Mario Moncada y dirección de Jorge Vargas, lleva como título Ya no hay bosque de niebla; se estrenará el 11 de noviembre en la sala Héctor Mendoza, sede de la agrupación.

La escenificación es una iniciativa de la compañía Línea de Sombra, encabezada por Jorge Vargas y Alicia Laguna, en colaboración con el Centro Cultural Helénico y la CNT.

La idea es revitalizar un texto clásico, para poner a prueba su actualidad, agregando distintas capas de realidad cargadas de significado; es decir, se mantiene la esencia de su impulso dramático original, que retrata a la sociedad zarista en decadencia del siglo XIX, las intrigas familiares y los aspectos morales que conllevan, al tiempo que se interviene el texto con acciones paralelas fuera del tiempo de la representación, que dialogan y confrontan al original, explicó el dramaturgo Luis Mario Moncada, en charla con La Jornada.

Sin modificar la versión original, la lectura contemporánea que hacen los creadores escénicos mexicanos es desde una perspectiva en la que los personajes representan o son testigos, de manera consciente o inconsciente, de la decadencia y el desastre de la civilización contemporánea.

La idea es retomar situaciones de la realidad actual, para incidir en la historia original con capas de realidad de nuestro presente, al margen del tiempo de la representación, haciendo referencia a la noción de que no siempre el actor es personaje cuando está en escena, sino que a veces es el actor mismo, lo que genera una dinámica paralela a la ficción.

En la historia original, que responde a un tiempo histórico determinado, un grupo de familiares se encuentra en una finca, afuera de la cual se intuye que hay un mundo que está por derrumbarse; ellos no saben que se desatará una revolución.

Confrontación de dramas

En la obra se trata de contextualizar ese afuera con lo que se vive en el mundo contemporáneo, explicó Moncada. Hoy es posible que estemos viviendo otro colapso, pero a escala global. Ahí se tienen las distintas guerras en el mundo y los desastres naturales; todo esto se confronta con el drama que escribió Chéjov.

En la historia original, la historia ocurre sin que los personajes tengan conciencia de que afuera hay un mundo a punto de derrumbarse. Aquí, esos rumores de desastre están cada vez más cerca de los personajes y ellos ya los empiezan a escuchar, lo cual les provoca cierto estado de ánimo. Aquí, los personajes de Chéjov tienen una conciencia mayor del desastre.

En el texto original también hay una lúcida reflexión sobre cómo el ser humano comienza a destruir los bosques. Aquí, el desastre se ha consumado, idea que permea en la conciencia de los protagonistas.

La condición humana que nos plantea Chéjov, agregó Moncada, es de unos seres incapaces de transformar su realidad. De ahí que en nuestra versión cuestionamos y problematizamos ese aspecto.

La puesta en escena hace uso de elementos multimedia entre otros recursos escénicos que intervienen con la idea de alejarnos un poco del realismo tradicional.

La obra cuenta con las actuaciones de Karla Camarillo, María del Mar Náder, Laura Padilla, Octavia Popesku, José Carlos Rodríguez y Gustavo Schaar, música de Yurief Nieves, y como actor invitado Luis Mario Moncada, el vestuario es propuesto por ellos mismos, y escenografía e iluminación de Philippe Amand.

Ya no hay bosque de niebla se estrena el 11 de noviembre a las 19 horas en la sala Héctor Mendoza, sede de la CNT (Francisco Sosa 159, Coyoacán) y concluye el 17 de diciembre. Las funciones son los jueves a las 20 horas, viernes a las 17, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas.