Ante pregunta sobre el ultimátum que el ex canciller Marcelo Ebrard fijó a Morena para resolver su impugnación o de lo contrario analizaría la posibilidad de salir del partido, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a la unidad; a la par de que enfatizó que un político que no piensa en el proyecto no es más que un oportunista, convenenciero y ambicioso vulgar.

Durante la mañanera de ayer, el mandatario fue interrogado sobre el amago de Ebrard al partido guinda para resolver su impugnación al resultado que dio por triunfadora como dirigente de la transformación a Claudia Sheinbaum, y si lo llamaría a no irse, a lo que respondió:

No, no, nada, que somos libres, somos libres y no hay que presionar a nadie, todo mundo tiene que actuar en función de sus convicciones, de sus principios, de sus ideales. Yo siempre he dicho que Marcelo es una gente inteligente, lo sostengo, me consta.

El titular del Ejecutivo recordó cuando él y Ebrard compitieron por la candidatura presidencial para el proceso de 2012 y, aun cuando los mismos conservadores corruptos estaban encampanándolo, su ex canciller aceptó los resultados sin pedir nada a cambio.

Tras citar esa historia, el tabasqueño sentenció: Con Marcelo tengo este antecedente y ojalá y se dé la unidad pensando en el proyecto. Si no se piensa en el pueblo, si no se piensa en la nación, no sirve de nada un político, no es más que un oportunista, un convenenciero, un ambicioso vulgar. Quien no tiene ideales, quien no piensa en el pueblo, en la nación, es un politiquero, un arribista, un grillo, no puede llamarse político.

El mandatario insistió en que la política “es un noble oficio, es lo que nos permite servir a nuestros semejantes y es también un imperativo ético. No es el ‘quítate tú porque quiero yo’. Se lucha por ideales, por principios, no por cargos”.

Descartó que la política se trate de servilismo, abyecciones o falsas lealtades.

Por el contrario, subrayó, debe haber lealtad al proyecto de nación, al pueblo. Esa lealtad a los jefes o a las jefas, eso es muy relativo, suele pasar que cuando no hay principios los amigos son de mentiras y los enemigos de verdad.

Tras su argumentación, el jefe del Ejecutivo concluyó: Ojalá y lo que prevalezca sea el interés general. Eso es.