Miércoles 15 de noviembre de 2023, p. 5
La Habana., La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) enfatizó su llamado de protección a la cultura e identidad en el Día Internacional Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales (14 de noviembre).
Sumada a la campaña mundial por esta efeméride, la Unesco también cuenta entre sus más novedosas iniciativas la próxima apertura de un museo de realidad virtual inmersiva de objetos culturales robados, sitio que pondrá todavía más el foco sobre delitos que siguen lesionando al patrimonio mundial.
A partir de 2025, los visitantes podrán navegar por una sucesión de espacios virtuales que contienen imágenes detalladas de las piezas en tercera dimensión.
Los primeros 600 artículos que se exhibirán son obras de arte de la lista de Interpol, cuya base de datos acumula más de 52 mil piezas culturales robadas de museos, colecciones y sitios arqueológicos en todo el mundo, según adelantó la fuente.
Por otro lado y analizando el panorama, actualmente no existen cifras exactas sobre este delito debido a la dificultad de descubrir y vigilar dichas actividades delictivas; pero entidades vinculadas con el tema estiman que las ganancias del comercio ilícito de antigüedades oscilan entre 300 y 6 mil millones de dólares por año.
Las infracciones de la ley en este contexto pueden presentarse en mercados legales e ilegales, tanto en sitios arqueológicos, museos y galerías, como en sitios religiosos y plataformas digitales.
Según la web de la Interpol, el tráfico de bienes culturales es una actividad de bajo riesgo y alta rentabilidad para los malhechores asociados con la delincuencia organizada.
Desde obras de arte hasta artefactos históricos robados, este tipo de delito puede afectar a todos los países de origen, tránsito o destino de dichas piezas, de acuerdo con esa fuente.
Según la publicación El Correo de la Unesco, la crisis sanitaria causada por la pandemia de covid-19 provocó un parón en el mundo entero, pero el tráfico ilícito de bienes culturales no se detuvo, sino todo lo contrario.
Los traficantes de bienes culturales aprovecharon que había disminuido la vigilancia en museos y sitios arqueológicos para perpetrar impunemente robos y excavaciones ilegales, reflejó la publicación.
Subrayó que nunca había sido tan intenso el interés por adquirir mosaicos, urnas funerarias, esculturas, estatuillas o manuscritos antiguos, y esta presión del lado de la demanda contribuye a fomentar al mercado ilegal de obras de arte y antigüedades.
Cabe destacar que en gran parte este mercado funciona ahora en Internet, por conducto de plataformas que suelen tener pocos miramientos con el origen de esos objetos.
De acuerdo con esta fuente, se calcula que el comercio ilícito de bienes culturales ocupa actualmente, en términos monetarios, el tercer lugar en el rango de actividades ilegales, únicamente superado por el tráfico de drogas y el de armamento.