Mexicali, BC., Sólo uno por ciento de las empresas de Baja California cuentan con un espacio para atender quejas y denuncias de mujeres víctimas de violencia laboral, acoso y hostigamiento sexual, a pesar de que esta entidad se encuentra en alerta por violencia de género.

Durante la glosa del Informe de gobierno del Poder Ejecutivo del estado, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de la entidad (STPS) dio a conocer que se implementará el Protocolo Violeta en centros laborales, sobre todo en las industrias maquiladora y agrícola, ya que es en fábricas y campos de cultivo donde se reporta el mayor número de incidentes de violencia laboral o acoso y hostigamiento sexual.

Además, a partir de 2024 se sancionará a las empresas que carezcan de Protocolo Violeta, toda vez que su diseño e instrumentación son obligatorios en los centros de trabajo de la entidad.

A pregunta de la diputada Michel Sánchez Allende sobre las acciones con perspectiva de género, funcionarios de la Procuraduría Estatal de la Defensa del Trabajo explicaron que el Protocolo Violeta responde a la instrumentación de las medidas de la alerta de violencia de género, con énfasis en las maquiladoras y los campos agrícolas.

La STPS informó que 98 mujeres acudieron a las ventanillas violetas a presentar denuncias por actos de las que son víctimas y que fueron turnadas a la Secretaría de Inclusión, al Instituto de las Mujeres o a la Comisión Estatal de Víctimas cuando se trataba de asuntos del ámbito penal.

El secretario del trabajo, Alejandro Arregui, señaló que en esa dependencia sólo existen 15 inspectores para atender todos los centros de trabajo, y a pesar de las limitaciones de personal, se realizaron mil 603 revisiones. Pidió que el Congreso local se apiade y autorice recursos para duplicar el número de inspectores.

Sostuvo que, como nunca, la Secretaría del Trabajo tiene presencia en San Quintín y cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, de la Secretaría de la Inclusión y del Instituto de la Mujer para asignar intérpretes a fin de atender a mujeres sobre el Protocolo Violeta en comunidades indígenas.