La Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH) expresó su preocupación por los operativos que han implementado las autoridades migratorias en diversos puntos del país. Consideró que lejos de ser rescates humanitarios, tienden a ser acciones de criminalización y desprecio a las personas migrantes y refugiadas. Llamó a los tres niveles de gobierno a implementar acciones en favor de las personas en contexto de movilidad forzada y que se encuentran en situación de calle” y viven en México un verdadero calvario, pues desde que ingresan y hasta llegar a la frontera norte son víctimas de extorsiones y violaciones a sus derechos humanos, y en ese contexto, lamentablemente, las autoridades han fungido como una máquina de contención, detención y deportación. Aseguró que ciudades como Tapachula, Oaxaca, Ciudad de México, Monterrey, Tijuana, Reynosa y Ciudad Juárez, entre otras, están rebasadas en su capacidad para atender a las personas migrantes y refugiadas y que pese a ello no vemos una estrategia de coordinación para afrontar y dar una verdadera respuesta ante condiciones inhumanas en que viven las personas migrantes y refugiadas en México.La contención y la deportación no son la respuesta, remarcó.