Lunes 27 de noviembre de 2023, p. 32
Alto costo de insumos y servicios, baja de precios o disminución de ventas e inseguridad son los principales problemas que enfrentan los agricultores de la Ciudad de México.
De acuerdo con el Censo Agropecuario 2022, difundido la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la capital del país existen 149 mil 431 hectáreas rurales, de las cuales 36.7 tienen uso o vocación agropecuaria, 47.3 por ciento con aprovechamiento forestal y 16 por ciento sin ningún uso o vocación.
Sin embargo, sólo se reportan 17 mil 143 hectáreas de superficie agrícola con producción activa, de las cuales en 92.7 por ciento los cultivos son de temporal, mientras el resto es mediante riego.
Anualmente, las principales producciones son de avena forrajera, papa, brócoli, maíz de grano blanco y forrajero y calabacita; mientras entre los cultivos perennes o que se mantienen por años destaca el nopal, verdura con 83 mil 680 toneladas, seguido del agave, con 958; alfalfa, con 424; manzana, con 119; limón, con apenas 17, y aguacate, con 9 toneladas.
De la superficie dedicada a la actividad agrícola sólo hay 240 hectáreas con instalaciones de agricultura protegida, en las que sobresalen los invernaderos, con 57.4 por ciento; la malla sombra, con 33.4 por ciento, y los microtúneles, con 13.4 por ciento, donde se siembran principalmente jitomate, fresa, chile y pepino.
El censo destaca que en los 15 años anteriores, el parque vehicular de tractores propios entre los productores se incrementó en casi 50 por ciento, pero advierte que sigue siendo bajo el acceso a créditos y seguros para realizar las labores del campo.
De acuerdo con los registros del Inegi, un total de 71 mil 648 personas se dedican a las actividades agropecuarias, de las cuales 81.7 por ciento son hombres y 18.3 mujeres, de las cuales hubo un ligero incremento en los pasados 15 años. La mayoría, 77.4 por ciento, es mayor de 45 años de edad.
Además, se observa un alza en el nivel de escolaridad de los productores, pues mientras en 2007 se reportaba que sólo 27 por ciento había terminado la secundaria, esta cifra se incrementó a 33.1 por ciento. Lo mismo ocurrió con el bachillerato, al pasar de 10.9 a 22.7 por ciento, y con los estudios de licenciatura, tuvieron un aumento de 11.7 a 13.8 por ciento.