Martes 19 de diciembre de 2023, p. 6
Madrid. La máxima actividad de la lluvia de estrellas de las úsidas se espera que tenga lugar la noche del 22 al 23 de diciembre. La Luna creciente, muy cerca del pleniunio, iluminará el cielo durante casi toda la noche, por lo que las condiciones de visibilidad serán malas.
El mejor momento para observar el fenómeno se producirá en las horas cercanas al amanecer, cuando la Luna desaparezca por el horizonte, de acuerdo con cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
La lluvia de meteoros de las úrsidas es visible en el hemisferio norte entre el 17 y el 26 de diciembre. Su tasa de actividad es modesta –entre 10 y 50 meteoros por hora– con una velocidad de unos 33 kilómetros por segundo.
Las úrsidas suelen pasar inadvertidas debido a que están situadas entre dos lluvias de meteoros con una tasa de actividad mucho más alta –la de las gemínidas– que alcanzan su máximo una semana antes que las úrsidas, y la de las cuadrántidas, que lo tienen dos semanas después que las úrsidas.
El que está por terminar es un mal año para la observación de las úrsidas, pues su momento de máxima actividad se producirá cuatro días antes de la Luna llena del 27 de diciembre. Los meteoros de estas estrellas son fragmentos del cometa 8P/Tuttle, descubierto en 1858. Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa 8P/Tuttle en anteriores pasos cerca del Sol.
Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se vaporiza por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que se conoce como meteoro o estrella fugaz.
Todos los meteoros de una lluvia parecen tener un único punto de origen. Este punto se denomina "radiante", y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Las úrsidas tienen su radiante cerca de la estrella Kocab en la constelación de la Ursa Minor (Osa Menor).