Mediante el uso de materiales orgánicos de desecho, como la cáscara de naranja y el zacate de maíz, la investigadora Refugio Rodríguez Vázquez ha logrado la biorremediación de la tierra de diversas chinampas de Xochimilco, las cuales presentaban alto nivel de salinidad que afectaba la producción de hortalizas de los agricultores locales.

La experta, reconocida con el Premio Nacional de Ciencias 2021 gracias a este desarrollo, señaló que la técnica aplicada en Xochimilco probó su eficacia hace unos años cuando se aplicó en el saneamiento de la refinería 18 de Marzo, en la alcaldía Azcapotzalco, donde se construyó el Parque Bicentenario.

La investigación en un inicio estuvo enfocada en la biorremediación de suelos industriales contaminados con hidrocarburos. En el parque limpiamos 35 mil toneladas de suelo en apenas seis semanas, a diferencia de otras instituciones que tardaron hasta un año en obtener resultados, explicó Rodríguez, en entrevista con La Jornada.

Tras su éxito en dicha tarea, la investigadora del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Centro de Investigación de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, empezó a colaborar en 2018 en el llamado Proyecto Altépetl, de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, para aplicar la misma técnica en la zona chinampera de Xochimilco.

Naranja dulce y zacate de maíz

A diferencia de lo hecho en el Parque Bicentenario, donde usó grano verde de café, Rodríguez Vázquez utilizó cáscara de naranja dulce (Citrus sinensis), mezclada con zacate de maíz, material que suele ser utilizado como forraje.

“El proceso de biorremediación implica usar esos materiales orgánicos y humedecerlos con un poco de agua, para que en ellos empiecen a proliferar microorganismos que producen algunos compuestos, los cuales producen ácidos que modifican la alcalinidad del suelo y empiezan a disociar o ‘separar’ las sales de los suelos chinamperos”, indicó.

Dicha zona, nombrada en 1987 patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, de por sí tiene cierta salinidad, pero con la adición de agroquímicos (como fosfato de sodio, calcio o amonio), se aumenta, y eso afecta a los cultivos de hortalizas.

Luego de destacar que de las cerca de 17 mil chinampas existentes en Xochimilco, sólo 3 mil 500 están en buenas condiciones para sembrar, la investigadora consideró que con una sola aplicación de su método las tierras menos afectadas por la salinidad pueden quedar biorremediadas en unas seis semanas, aunque algunas otras necesitan dos o tres aplicaciones.

Es una esperanza bastante buena para los agricultores de la zona de San Gregorio, San Luis Tlaxialtemalco y de Mixquic, donde ya se ha aplicado esta tecnología en 135 chinampas, afirmó.

El complemento del saneamiento de la tierra es la limpieza del agua de los canales de Xochimilco a través de un sistema de producción de micronanoburbujas, generadas por un sistema de tubos instalados en trajineras, equipadas para dicho fin con paneles solares.

Dichas burbujas son tan pequeñas –miden la milmillonésima parte de un metro– que permanecen más tiempo en el agua y ayudan a oxigenarla, de tal forma que se evita la proliferación de bacterias productoras de gases y otros compuestos dañinos.