Viernes 22 de diciembre de 2023, p. 3
El artista Demián Flores (Juchitán, 1971) reflexiona sobre la pintura en dos exposiciones individuales, de búsquedas diferentes y cada una con su propia carga de significados, abiertas de forma simultánea en la galería Casa Lamm. Es desde las ideas respecto del color, la línea, el soporte y el espacio, que Flores pretende repensar la pintura y utilizar estos elementos como detonantes conceptuales. Al mismo tiempo, sigue fiel a la exploración de sus raíces juchitecas, ya que de eso parte su quehacer pictórico.
El título A flor de piel dice todo. Los 15 óleos, realizados sobre lino crudo, para la muestra mayor son una deconstrucción de la pintura. Es decir, Flores ha quitado las capas de pintura, una por una, hasta llegar casi al punto donde la tela es cruda
.
Sobre esta obra de aspecto dibujístico
, dice que hay una reflexión sobre la línea como una constructora de la pintura. Todas las líneas de color que vemos se vuelven un elemento pictórico que construye el cuadro. Es una pintura de cierta manera conceptual, porque está más estructurada desde un planteamiento inicial
, detalla.
Para deconstruir, Flores ha partido de vasijas efigie zapotecas. La idea es hacer un palimpsesto que el escritor y poeta oaxaqueño Efraín Velasco plantea son más bien de antipalimpsesto, porque justo lo que se ve no es un dibujo sobre un dibujo, sino más bien como si fuera al revés y vieras un dibujo ante un dibujo
.
No se sabe bien si las vasijas efigie zapotecas eran para ceremoniales o cuestiones funerarias, apunta el artista. Sin embargo, al momento de yuxtaponer dos o tres vasijas creas una nueva efigie construida por líneas y por esta idea del palimpsesto
.
Velasco, Grimm y Disney...
La segunda exhibición, 8 Gruñón/Garra Conejo, de 10 acrílicos, parte de una serie de dibujos hechos por Flores en 2015 para un poemario de Velasco sobre Gruñón, personaje de los hermanos Grimm lanzado a la fama por Walt Disney en una película de 1937. Mientras el libro de Velasco hablaba sobre el amor y el desamor de este personaje respecto de Blancanieves
, los dibujos de Flores eran una especie de espejo de lo cotidiano, y de lo que se ve a nivel social
.
Hace un par de años Flores se rencontró con los dibujos, mismos que llevó al acrílico: “En efecto, se refieren al amor y al desamor, aunque también hay algo que habla sobre un desenfado respecto de la vida, pero también como una forma de encuentro con ésta. Es una situación mundial lo que vivimos en este sentido, como que hay una desazón ante el mundo con las guerras, con lo que pasa en todos los países y las problemáticas. El Gruñón de cierta manera refleja esta realidad”.
El Gruñón de Flores se basa mucho en los códices mixtecos y habla de un nueva narrativa. Es como contar la historia de este personaje, no desde el cuento de los hermanos Grimm, sino desde un relato otro que te permite tener un parámetro distinto de la realidad
. Sus atributos en su mayoría vienen de los códices mixtecos, “es un Gruñón al que no le gusta ir a las minas, que es una especie de tlacuilo porque prefiere escribir. Es una obra que se abre hacia el gesto y el accidente”.
La obra de Demián Flores parte de una idea sobre lo que le ha tocado vivir, desde su infancia en Juchitán: “De allí encuentro una metáfora hacia el pasado aunque también es una forma que más bien intenta reafirmar mi presente. Los zapotecos somos una cultura que ha sufrido muchas modificaciones por los mismos desplazamientos. En mi caso soy migrante y esos desplazamientos casi siempre modifican tus formas originales.
Estos cuadros hablan de eso como una especie de idea fronteriza donde siempre está la otredad, aunque con una impureza, ya nada es claro, sino todo es un poco rasposo, sucio. Dentro de eso hay una reflexión sobre la identidad, el territorio y la memoria. Como esa última no es una forma lineal, se construye justo a partir de fragmentos que uno va recomponiendo y esa recomposición de tu memoria ya por sí misma puede ser un proceso creativo.
Las exposiciones A flor de piel y 8 Gruñón/Garra Conejo, de Demián Flores, permanecerán hasta el 18 de febrero, en galería Casa Lamm (Álvaro Obregón 99, colonia Roma). Sólo cerrará los días 25 de diciembre y primero de enero.